sábado, 14 de marzo de 2009

¿Qué se vota?

Elecciones adelantadas, oposición crispada hasta la secrección de espuma por la boca.

¿Pero qué votamos? Sí, legisladores, claro, pero no es eso lo que nos preguntamos. ¿La continuidad o no del proceso político kirchnerista? También, también, pero queremos ir más allá. Bueno, dirá el lector, nos estamos poniendo filosóficos. Pero no, no va por ahí.

El punto –y para no dar más vueltas- diremos, es El Modelo así, con Mayús. para que nos entendamos rápido). Modelo económico, por supuesto.

Vamos a plantear rápidamente, y de manera axiomática, una breve serie de proposiciones.

1.- Hay un modelo

2.- Tal modelo es coherente y consistente (es la articulación y sistematización de una nutrida panoplia de medidas de política económica)

3.- Su vigencia beneficia y ha beneficiado a los denominados ‘sectores populares’ (trabajadores, asalariados, precarios, subempleados, jubilados, etc.)

4.- El Modelo es lo que está en juego

5.- Hay que bancarlo

Cada ítem admite un desglose amplio y profundo, sin duda materia de cordial controversia inacabable (según quienes fueren los polemistas) o de contiendas menos respetuosas (ad usum forum La Nación).

Así que por lo anunciado ayer, todo indica que –al menos en este humilde bloguín- lo que queda de aquí al 28 de Junio, transitaremos estos ejes de reflexión / debate / discusión.

La cuestión, por añadidura, es que sobre cada ítem reseñado hemos tenido una pertinaz y persistente siembra de zonceras, lugares comunes, insidiosas falacias, y etcétera.

Así, por ejemplo, tenemos que:

- No habría modelo. Todo se trató de medidas inconexas sin orden ni concierto (“No hay Plan económico”, ¿recuerda?).

- Por tanto, todo se reduce a un tipo de cambio real alto (en vías de apreciarse a causa de la inexplicable propensión del gobierno al daño autoinfligido).

- Los superávits gemelos devienen del ‘viento de cola’, pura suerte motivada por la coyuntura de precios internacionales, efímera e irrepetible, y además desaprovechada.

- El resto no ha sido sino mala política económica -mala gestión- cuyo única consecuencia fue el desaprovechamiento de la bonanza externa.

- Las mejoras sociales (y el crecimiento acelerado, y etc.) fueron una consecuencia natural e inevitable de la coyuntura favorable. Eran, si se quiere, ‘inevitables’; cualquier otra administración lo habría logrado y aún mejorado. Fue por el contrario la mala administración kirchnerista lo que limitó -y aún dañó- la mejora de la situación social.

- Lo que está en juego no es un modelo económico de crecimiento y desarrollo con justicia social –que tal cosa no existe sino en la imaginación afiebrada de los ultras oficialistas- sino la institucionalidad y la república, términos estos que se definen a partir de la alteridad opositora (la actual administración queda a fortiori excluída de ese juego).

- Por todo lo cual, se tienen que ir. Más temprano que tarde, en el maximalismo campero, o debido a su creciente debilidad política, en la versión más tiempista.

Aquí humildemente –como es fácil suponer- creemos que la realidad está precisamente en las antípodas de cada uno de estos lugares comunes. Desde ya quedan invitados todos quienes comparten parte o todo de lo brevemente expuesto a sumarse al debate. Todas las herramientas discursivas y argumentativas que puedan ponerse a disposición de quienes crean que 'hay que bancar' serán pocas frente a la ordalía oposicionista. En alguna medida quizá inútiles, puesto que el imaginario que trata de construir la oposición cerril no se fundamenta en razones, sino que agita el odio y la descalificación asaz. No se atreve a debatir sobre el modelo, puesto que no propone alternativas globales, sino cotilleos sobre matices.

Así pues, ha comenzado la campaña.

Quizá pueda parecer presuntuoso, pero los puntos arriba señalados nos parecen los más importante y sustanciales. El resto, paparruchadas.
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por Sirinivasa ( La Plata) datos duros Blog

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