domingo, 25 de octubre de 2009

RESPUESTA DE UN PERONISTA AL Dr. DUHALDE

No es el ánimo descalificar el pensamiento del Dr. Duhalde, las motivaciones de responder al reportaje efectuado por Clarín, es el debate en torno al peronismo, desde la impronta y el pensamiento liberador que marcaron los liderazgos que nos llenan de orgullo, y el reconocimiento que tuvieron y tienen en nuestro pueblo.
El Dr. Duhalde debería explicar que entiende por desarrollo, esencialmente porque en su carrera política suele utilizar conceptos, que en el imaginario de nuestro pueblo abren expectativas de mejorar su calidad de vida, y luego las políticas que se instrumentan, producen todo lo contrario, me remito concretamente a la llamada “REVOLUCION PRODUCTIVA”.
En el reportaje, trasluce quienes son los actores centrales de ese desarrollo, “Las grandes empresas”, y cuestiona que el gobierno no les deja plena libertad, motivo por el cual no forman capital en el país. Su teoría no es nueva, ni tampoco el discurso; Ud. nos dice “cuanto mas ricos y más concentrado sea el poder económico, mejores calidades de vida le espera al pueblo argentino”.
Lo que Ud. propone, los hemos probado con varios gobiernos, el plan Prebisch de la Revolución libertadora, incorporándonos a los organismos internacionales de crédito, el de Frondizzi, en el marco de la Cooperación e integración regional, promovida por EEUU, en los sesenta, El estado corporativo de la Revolución Argentina de Onganía, la estructuración diversificada del capital desarrollada por Martinez de Hoz, el remate del Estado y los marcos desregulatorios del gobierno que compartió con Menem, y el interregno en el cual gobernó.
En todos se puede verificar que los ricos fueron más ricos y el pueblo quedó más empobrecido. Como peronista, permítame seguir creyendo que Perón tenía razón, “Los ricos deben ser menos ricos y los pobres menos pobres”.
Para ello manejaba dos conceptos inalterables en sus decisiones de gobierno en materia de política económica, “Al mercado lo controla el estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes consorcios en beneficio propio”, “El capital debe estar al servicio de la economía y esta al servicio del hombre”.
Ud. invierte los términos de la relación, y para que no queden dudas de su orientación política e ideológica, amplía sus conceptos sosteniendo que a los empresarios, hay que rodearlos de prestigio social. Palabras que no denotan la condición del Status Weberiano, sino que los intereses particulares de estos, pasen a ser el interés general de la Nación, por la mediación política, del Estado y el bipartidismo que Ud. exalta.
Sabe Dr. Duhalde; Evita, estaría más preocupada, por rodear de prestigio social, a los trabajadores, al pueblo empobrecido, a los miles de argentinos absolutamente desprotegidos, a los pequeños empresarios y productores, no a los responsables o beneficiarios directos, del saqueo y la humillación de nuestro pueblo.
Tal vez cuando Ud. era presidente del Senado en el primer gobierno Menemista, no recibía leyes con fecha de aprobación, y era mucho más profuso el dialogo con la oposición. Ese dialogo que pareciera ser la esencia, de la referida calidad institucional, era acertadamente calificado por el pueblo, como un “tome y daca”, de componendas, que nada tenían que ver con el interés de los argentinos.
Fue ello Dr. Duhalde, lo que generó la crisis de representatividad, y el desprestigio en toda la actividad política.
No es la calidad Institucional, la que resuelve el desprestigio de la política, es la calidad de la democracia, y como “los gobiernos hacen lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés el del pueblo”, el pueblo es el sujeto de transformación Dr. Duhalde, no objeto de las políticas de las grandes empresas.
Es legítima su lucha por restaurar la vieja corporación política, es innegable que desea la alternancia, los años dorados de dialogo entre Ud., Menem y Alfonsín, seguramente en su calidad de ajedrecista, tiene planificadas la principales jugadas hasta el 2015; sacrifica las piezas importantes para el 2011, y consolida la reina para retomar el control del estado en la alternancia.
No es que involuntariamente sea funcional al Vicepresidente, por el Contrario Cobos es funcional a su estrategia, movida predilecta de quienes practican el ajedrez.No emito juicio de valor sobre su estrategia, pero está absolutamente reñida con la práctica política del peronismo, nosotros somos el “Hecho maldito en el país burgués”, de carácter revolucionario, donde el protagonismo popular, no se circunscribe a una elección interna, sino a viabilizar las demandas populares que procesa un enorme Movimiento de Liberación, donde la competencia electoral es tan sólo una forma para dotar de legalidad, a liderazgos legitimados por el pueblo.
Mi identidad peronista, no tiene hoy más opción, que fortalecer el liderazgo de Nestor Kirchner, pero las razones por las cuales deseo que sea presidente nuevamente en el 2011, todas ellas orientadas por los valores mas nobles y los aciertos más trascendentes del peronismo, son las que Ud. cuestiona.
Por el contrario aquello en lo que soy crítico del gobierno, es todo lo que Ud. no critica. Lo paradojal, pone en evidencia que Ud. quiere resignificar el imaginario peronista, desde el liberal-capitalismo, en esto sin ánimo de faltarle el respeto, le sugiero que sea honesto y lo planteé de manera explicita a nuestro pueblo, y a los compañeros peronistas sus convicciones más profundas.
De cualquier forma, también debiera sincerar críticamente ante nuestro pueblo, los desaciertos de sus decisiones políticas, que han dañado y empobrecido a miles de argentinos, no porque fuese su voluntad este resultado, sino porque todos los mortales no están exentos de cometer errores.Entre ellas me permito señalarle algunas, sobre las cuales sería muy oportuno conocer su pensamiento actual:
La decisión de no construir viviendas de interés social, en el conurbano bonaerense durante sus ocho años de gobierno, con la visión de que los sectores humildes emigrarían hacia el interior;
La decisión de adherir a la llamada reforma educacional, e implantar el llamado polimodal, la deslocalización de más del 20% de las industrias del conurbano bonaerense, hacia los países limítrofes, la ausencia de obra pública en infraestructura sanitaria, especialmente de colectores y tratamiento de desechos cloacales, la falta de previsión en el tratamiento de residuos sólidos, el desarrollo exacerbado del hipermercadismo en detrimento del pequeño comercio, el marco jurídico para proyectos urbanísticos aislados en la trama urbana que requería completamientos, generalmente denominados barrios cerrados.
Me gustaría saber si aún considera que haciendo calles con pico y pala, es una actividad económicamente productiva.Pero esencialmente sería bueno que nos explique, porque considera acertadas las medidas económicas del breve período en que gobernó el país; puntualmente; porque la devaluación se tuvo que costear con la reducción del poder adquisitivo el conjunto del pueblo, y no opto por otras salidas donde la modificación de la tasa de cambio, afectase a los sectores más concentrados de la economía, verdaderos beneficiarios del modelo convertible y la fuga de capitales.
Yo no lo interpelo desde el telón de fondo que tuvo el “Fondo de Reparación histórica del Conurbano”, ni siquiera pongo en tela de juicio, los alcances de esta reparación, yo lo desafío a argumentar el sentido peronista, de las medidas y decisiones políticas más trascendentes de su trayectoria a partir de 1989.
Este es el debate que nos merecemos los peronistas, para forjar los liderazgos que mejor expresen el proyecto de Liberación y el marco teórico-político del peronismo. Lo demás pertenece a la política liberal.
Gallego Fernández
Peronista

martes, 20 de octubre de 2009

EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS.

.Mensaje de Mario de Andrade
(Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño)
“..Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas:las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas,comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...Sin muchas golosinas en el paquete,Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír de sus errores.Que no se envanezca con sus triunfos.
Que no se considere electa antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas….Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridosy con mi conciencia.Espero que tu meta sea la misma, porque de cualquier manera llegarás..."

domingo, 18 de octubre de 2009

frase de la primera persona que disfruta de la nueva ley

"La traición tiene que ver con no presentar leyes con contenido social, con ni siquiera ir a las sesiones""Me saqué la mordaza y voy a poder hablar, porque, hasta ahora, estuve esperando que el presidente de mi bloque hablara, pero nunca lo hizo" "Nos acusa de traición alguien que sólo sabe hacer política ladrándole a la luna"
palabras del negro Ledesma hacia De Narvaez

viernes, 16 de octubre de 2009

DIA DE LA LEALTAD

"La columna más maravillosa fue la que partió de Berisso. Estaba integrada por más de cinco mil compañeros; por el camino iban requisando todo lo que pudiera servir como medio de transporte: autos, colectivos, carros, también pedían a la gente que se sumaran a la marcha. Llegamos a eso de las cuatro de la tarde, antes había estado trabajando en la movilización. Yo viajaba en un coche con el compañero Ernesto Cleve. Cuando llegamos a puente Barracas nos encontramos con mucha gente, ya que habían levantado el puente y no se podía seguir. Los compañeros se largaban al agua como podían, usaban los botes, los transbordadores de los frigoríficos, tiraban bancos viejos o cualquier cosa que flotara para hacer balsas, otros simplemente nadaban en las sucias aguas del Riachuelo.
Así era el ansia por pasar al otro lado. Les dije que fueran por el puente del ferrocarril. A los pocos minutos bajaron puente Barracas gente se aprestó a cruzar. La policía intentó cerrar el paso e hizo una descarga cerrada al aire. Escuché decir a un oficial a sus subordinados: "¡Déjenlos pasar!…¿Quién ataja esto?".
Nos desplazamos por Barracas, tomando la avenida Montes de Oca hasta Constitución, donde hubo una concentración parcial. Volvimos a Bernardo de Irigoyen para avanzar sobre Plaza de Mayo. En cada cuadra se incorporaban más hombres y mujeres a la manifestación, desde los balcones nos aplaudían. Fue maravilloso."
CIPRIANO REYES
(Del libro: "La Jornada del 17 de octubre"
compilado por Fermín Chávez)

"Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Haga circular esta información." Rodolfo Walsh

miércoles, 14 de octubre de 2009

LA DESPOLITIZACIÓN

POR ENRIQUE LACOLLA
La despolitización argentina, derivada en gran parte del lavado de cerebro practicado por los medios masivos desde hace décadas, tiene en anchos sectores la clase media a su expresión más desagradable y paralizante.

El campo de visión en la política argentina suele estar acotado por el lugar común instituido por los medios, pero también, y en no escasa medida, por el prejuicio de parte de la clase media en contra del peronismo, cuyos elementos turbios y contradictorios la rechazan. Este rechazo, sin embargo, no suele ser exteriorizado por ella en la misma medida respecto de fenómenos similares que han caracterizado y caracterizan al establishment económico y a otras fuerzas partidarias presentes en nuestra sociedad. Ese prejuicio es el reflejo –que varía en sus matices a través del tiempo, pero que traduce una misma hostilidad-, de una opinión condicionada por la presión que ejerce un aparato cultural que va de la solemnidad de la historia oficial forjada por la oligarquía, a la aparente independencia de esta proveniente de un progresismo que tiende a coincidir empero con aquella en su común rechazo a ese movimiento popular. Coincidencia que se hace más evidente que nunca en los momentos críticos, en los cuales derechas e izquierdas embisten, desde los dos costados del espectro político, contra el peronismo cuando este se encuentra en apuros.
No desearía hablar en primera persona, pero en este caso no hacerlo así sería artificial: que quede claro que yo no soy peronista. Para mí, sin embargo, como para muchos otros, ese movimiento, con sus altibajos, sus errores, sus corrupciones y su a veces inconmensurable torpeza, fue el hecho que más profundamente agitó a la sociedad argentina en el último medio siglo y que merece, por lo tanto, una visión más precisa, sistemática y comprensiva de sus aciertos y fracasos. La izquierda nacional explicó en forma reiterada desde 1945 para acá, la naturaleza del fenómeno: un movimiento popular puesto bajo la advocación de una dirección bonapartista –o populista, si se quiere- que venía a desempeñar la función vicaria de una burguesía nacional que no se veía ni se ve por ningún lado. (1)
Para llenar esa misión llamó a las masas, hasta entonces desprovistas de una dirección estratégica, les otorgó un estatus social y, en consecuencia, las nacionalizó en una medida en que nunca lo habían estado antes. El movimiento no pudo llevar adelante su proyecto en su totalidad por la feroz hostilidad que despertó en los sectores vinculados al imperialismo o influidos por este, y por razones que hacían a sus propios problemas internos y a la incapacidad de resolverlos como no fuera a través de la presencia autoritaria de un líder carismático que no se proponía tener iguales y que, cuando sus fuerzas se agotaron, fue incapaz de controlar la crisis intestina de su partido. Pero este conflicto interno en definitiva no era otra cosa que la evidencia, en el seno del movimiento nacional, de la insuficiencia de este para darse una ideología coherente y persistir en su propio proyecto. Esto es, romper con una tradición intelectual dependiente concebida a la medida de los intereses de los grupos económicamente dominantes y forjar una nueva, orientada a una transformación revolucionaria de la sociedad.
Convengamos en que el peronismo de los orígenes, con sus méritos y sus deméritos, es hoy un fantasma del pasado. Sus estructuras fueron minadas de manera irreversible por el menemismo, que lo traicionó y saboteó por dentro y logró lo que sus enemigos externos nunca habían conseguido, esto es, abolir sus banderas tradicionales y liquidar el patrimonio físico e ideológico que, mal que bien, había hasta entonces custodiado.
Lo que tenemos ahora en el panorama político es conglomerado de facciones movidas por apetitos mezquinos, frente a un gobierno que expresa demasiado tímidamente la vocación nacional y popular de los inicios del peronismo y que sólo hoy, cuando se le ha hecho evidente que es imposible pactar con el enemigo y que este no le va a perdonar ni siquiera los atisbos de una acción contra el sistema, se decide tardíamente a tomar impulso y a atacarlo en los frentes que le duelen. En especial en la cuestión de las AFJP, de las retenciones al agro y de los monopolios de la comunicación que ejercen una virtual dictadura, disfrazada de pluralismo, sobre una opinión a la que bombardean con un discurso unívoco que se desploma desde la prensa gráfica, la radio y la televisión, discurso hábil para aprovechar los errores de imagen, reales o inventados, cometidos por el gobierno.
Alergias
Y bien, en este momento crítico de pronto vuelve a manifestarse esa repulsa de piel, en buena medida inducida pero de fácil penetración, en un amplio espectro de la clase media, respecto de esa “obstinación argentina”, como llama José Pablo Feinmann al peronismo. Un dato ha hecho patente esa animadversión por estos días. La famosa ley de medios. La ley de medios ha sido bombardeada desde todos los ángulos sin que se exhiba ni la sombra de una recusación legal o conceptual seria. Pero, como en el caso de la frustrada ley de retenciones al campo, ha servido como catalizador de la difusa antipatía que genera el gobierno en amplios sectores de la sociedad que no tienen intereses creados en los medios de comunicación, como no los tuvieron antes respecto de la renta agraria. La cuestión para ellos parece pasar más bien en la oportunidad que se les brinda para exteriorizar su antipatía para con un Poder Ejecutivo que, en verdad, no la merece, al menos de parte de quienes la profesan desde el rango social al que nos referimos. Que este ha sido un gobierno insuficiente en lo que hace a un proyecto de nacional de desarrollo lo dijimos más arriba y lo hemos mentado en repetidas ocasiones. Pero si evaluamos a los gobiernos que lo han antecedido, esa deficiencia empalidece.
Para algunos observadores, como Torcuato Di Tella, por ejemplo, este es el mejor gobierno que ha tenido el país desde 1930. Se trata de una apreciación más que discutible en lo referido a su accionar general, pero sin duda en lo vinculado a la calidad institucional e incluso a la transparencia administrativa esa aserción puede tomarse como cierta. ¿Qué tuvimos después del derrocamiento de Irigoyen? Una alternancia de gobiernos de facto con gobiernos constitucionales que rengueaban de una u otra pierna cuando de examinar su Curriculum cívico se trata. Los gobiernos del general Agustín P. Justo y del doctor Roberto M. Ortiz ascendieron al poder en base a la proscripción del radicalismo yrigoyenista o al fraude. No puede decirse lo mismo del peronismo, salido del pronunciamiento militar de 1943 y que revalidó sus legítimos títulos democráticos en las elecciones de 1946 y 1952; pero el estilo personalista, el acoso a la oposición y el control de la prensa no crearon un clima precisamente ideal para la instauración de un clima de debate público y originaron crispación en un sector muy grande de la ciudadanía, convirtiéndola en el basamento civil del golpe militar reaccionario que en Junio y Septiembre de 1955 se lanzó a demoler lo construido desde 1943. Siguieron otros 18 años signados por golpes militares e interregnos civiles, pero en todo momento estos últimos estuvieron deslegitimados por la proscripción del peronismo, situación que acabó en una convulsión nacional rematada por los “años de plomo”: los de la guerrilla, la represión y la dictadura.
Zonceras argentinas
Nada de esto basta sin embargo para moderar a los críticos. Los epítetos más increíbles como autoritario o fascista, por ejemplo, caen de la boca de Elisa Carrió, cuando concurre a la televisión ostentando su bronceado caribe y desgranando profecías apocalípticas. Como pronosticarle a la “pareja presidencial” un final equiparable a la del matrimonio Ceasescu en Rumania. La exagerada actitud no confrontativa del actual gobierno contrasta con las afirmaciones de este tenor. La corriente de opinión superficial que exterioriza su rechazo a los Kirchner, empero, parece aprobar esos dislates y no tomar conciencia de que este gobierno, pese a su falta de proyecto estratégico, a su propensión de proclamar iniciativas que luego quedan en agua de borrajas, a la presunta falta de probidad en las estadísticas del Indec y a los casos de corrupción que se sospechan en algunas áreas, ha tenido iniciativas de carácter popular y progresista que han ido en el buen sentido, como en el caso de la sostenida actualización de las jubilaciones, una política exterior atenta a dar prioridad a las relaciones latinoamericanas, el intento fallido de gravar la renta agraria y el empeño por democratizar la comunicación rompiendo el monolito de las dos o tres grandes cadenas que concentran la información y el espectáculo en Argentina.
Frente a este manojo de realidades, sin embargo, parece pesar más el prejuicio (entintado de racismo, en muchas ocasiones) de un sector de la clase media que no atiende a razones. Se siente ofendida no se sabe bien porqué. En un ejercicio de realismo mágico tiende a atribuir a todos los gobiernos de turno (pero en especial a los peronistas) la culpa de las miserias (que no son tantas) que la agobian. No desarrolla el más mínimo esfuerzo por comprender los móviles que subyacen a las cosas que ocurren y se deja llevar por los humores coyunturales que la mueven. ¿Qué diablos quiere la clase media cacerolera que se obnubila rencorosamente por las carteras que porta la Presidenta o se hincha de indignación ante la inseguridad física que se deriva del aumento de la delincuencia? Quiere desahogar el berrinche que le provoca la vaga noción que tiene en el sentido de flotar en el vacío; es decir, quiere exorcizar su propia confusión, su haraganería intelectual para tratar de explicarse su desconcierto averiguando por qué suceden las cosas que suceden. Es más fácil propinar epítetos antes que ponerse a indagar sobre las cosas que nos molestan. ¿Percibirá esa masa amorfa las raíces de la crisis en que el país se debate? ¿Es capaz de tener memoria de los hechos que condujeron a esta? Los créditos internacionales transformados en deuda externa impaga y henchida de intereses acumulados contraída por un gobierno al que no eligió nadie, estuvieron en la base de este deterioro, al igual que el desguace del Estado por obra del consenso de Washington, del que fueron personeros muchos individuos que están hoy en la oposición y gran parte de los cuadros “disidentes” del peronismo. La tabla rasa que se hizo con la industria nacional en la época de la dupla Menem-Cavallo o De la Rúa-Cavallo fue el principio motor que expulsó a la periferia social a millones de personas, generando las condiciones de deterioro social que hoy se exteriorizan en ese aumento de la delincuencia que enfurece a la clase media. ¿Qué puede esperarse entonces de esa runfla de oportunistas y aprovechados si vuelven al gobierno? Se dice que los gatos escaldados no vuelven a probar la leche hirviendo. Pero pareciera que en nuestro país esa capacidad de aprender a través de una experiencia sensible no existe porque no hay memoria…
La oposición irracional al actual gobierno proviene asimismo de los grupúsculos de la ultraizquierda, que concurren a agitar las aguas (¡con gran sentido de la oportunidad!) justo cuando el ejecutivo se encuentra embarcado en un proyecto como la ley de medios que todos, estén a favor o en contra, juzgan estratégico. El conflicto de Kraft es, en efecto, una prueba de fuerza de una firma transnacional para forzarle la mano a los sindicatos y al Ejecutivo y para tantear los límites de este para conciliar entre las partes. En estas circunstancias, buscar el choque con la empresa más allá del marco de la protesta pacífica y ajustada a los cánones de la ley puede ser, en esta instancia, otra forma de apretar al gobierno. La incapacidad de mensurar las relaciones de fuerza en un momento dado ha sido el signo distintivo de la ultraizquierda en Argentina, y ha sido expresivo no sólo del accionar de núcleos muy minoritarios sino también de esos desprendimientos iluminados de la clase media que conformaron a la guerrilla en los años de plomo. Sin que esto suponga negar su coraje ni la magnitud del sacrificio que ellos hubieron de afrontar.
Una cuestión de enfoque
El problema central de la Argentina es la dependencia económica y las sucesivas subordinaciones que esta impone en el plano intelectual, social y político. Pero si la primera no puede revertirse a partir de un voluntarismo que pretenda copar el poder contra viento y marea –como quedó demostrado en los ’70- entonces se hace evidente que el esfuerzo debe pasar por esa pesada y lerda batalla dirigida a modificar las pautas conceptuales que los cuadros medios aplican a la realidad política. Pasa por una tarea educativa o autoeducativa, en una palabra. Después de todo la generación de la JotaPé surgió en gran parte de hogares gorilas de clase media, a través de una rebelión que compaginaba la natural ruptura con los padres y el descubrimiento por los hijos de una realidad distinta de la que les habían enseñado. Al revés de lo que ocurrió por entonces, por lo tanto, bueno será comprender que ni los criterios autoritarios ni los dogmatismos de capilla pueden ayudar a crear esa base intelectiva que es necesaria para comprender el presente y preparar el futuro. En ese momento la inmadurez de las nuevas generaciones que descubrían al peronismo se dio de patadas con la realidad de un movimiento multifacético en el cual su jefe hacía difíciles equilibrios para llevar adelante un proyecto de revolución nacional que, de momento, tenía poco o nada de socialista. Los jóvenes querían rodear a Perón e imponerle su particular idea del cambio. Pero tropezaron con alguien que no tenía intención alguna de renunciar a sus poderes y que, además, como astuto realista de la política que era, sabía que el proyecto de los Montoneros no sólo iba contra él sino contra los componentes profundos de la sociedad argentina, que es individualista, más bien conservadora y para nada afecta a las aventuras colectivas. Al sentirse atacado, Perón reaccionó con la torpeza de un hombre viejo, agravada por la mediocridad siniestra del entorno del que se había rodeado. Cuando desapareció se hundió el último puente que restaba sobre un vacío anárquico que demandaba a gritos un ordenamiento. Este llegó, como era de prever, de las peores manos de las cuales podía salir: unas fuerzas armadas que se habían concebido a sí mismas como baluartes del antiperonismo y del anticomunismo a partir de 1955 y habían sido adoctrinadas en la Escuela de las Américas, pero que además estaban exasperadas por los continuos ataques de la guerrilla, que terminaron silenciando las diferencias de criterio que podía haber dentro de ellas, soldándolas en un solo bloque en el cual la capacidad de discernimiento era eclipsada por la arrogancia y la sed de venganza.
Nos pese o no, las vertientes nacionales del pensamiento, cualquiera sea su origen, han de estar preparadas para convivir unas con otras, sin pretender (por difícil que esto sea) una prelación que daría a unas más que a otras el rol de depositarias de las cartas de nobleza para mejor combatir al sistema.
No es fácil conseguir esta síntesis. Pero es el único camino que queda ante la amenaza de una eventual restauración oligárquica, que volvería a tensar las relaciones sociales en un país donde la gente pierde cada vez más la paciencia y la cabeza y, por consiguiente, la capacidad para comprender las cosas. La re-politización de la sociedad en el buen sentido del término es un expediente indispensable para salir de la crisis.

(1) La izquierda nacional es una corriente de pensamiento no vinculable al nacionalismo de matiz oligárquico, aunque no desdeñe las aportaciones de este al revisionismo. En buena medida deviene de FORJA, del trotskismo y del comunismo, y fue la primera en aplicar al populismo un análisis marxista capaz de ver a la Argentina como el producto de una deformación generada por su situación semicolonial y culturalmente dependiente de los grandes centros de poder global. Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Aurelio Narvaja, Jorge Abelardo Ramos, Juan José Hernández Arregui, Norberto Galasso, Rodolfo Puiggrós, Alfredo Terzaga, Jorge Enea Spilimbergo, Roberto Ferrero, José María Rosa, Fermín Chávez y muchos otros se contaron entre quienes realizaron las mayores aportaciones a la corriente. A pesar de haber ejercido una decisiva influencia intelectual en la nacionalización de los sectores medios y haber producido un corpus literario de gran magnitud, no goza de prensa, sus libros hoy no son fáciles de conseguir y su prestigio en la academia universitaria es nulo. Más que recusada, la corriente fue ninguneada con el silencio. De su reconocimiento o, mejor dicho, del debate en torno de sus postulados, cualesquiera sean las diferencias que se tengan con ellos, debería nacer la oportunidad para una nueva síntesis que sea capaz de operar sobre el cuerpo vivo de la Argentina de hoy.

lunes, 12 de octubre de 2009

QUE ES EL PENSAMIENTO NACIONAL

¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO NACIONAL?
Aritz Recalde

“El dilema es de hierro. Ya se ha dicho. O nación o factoría.” Juan José Hernández Arregui[1]

I- PENSAMIENTO NACIONAL
El término “pensamiento” se vincula a la acción de “pensar”, definida como aquella actividad intelectual que intenta alcanzar la resolución de un problema. Siempre que nos refiramos a “pensamiento” o a “pensadores”, estaremos describiendo una actividad humana cuyo sustrato primordial se vincula estrechamente a la capacidad de dar respuesta a determinados interrogantes que nos presenta el medio histórico, social, político y cultural en determinado período histórico. Asimismo, hablamos de Pensamiento Nacional y no de Pensamiento Argentino, ya que el primero no implica únicamente un tipo de inscripción geográfica respecto a la producción intelectual, sino que además involucra un posicionamiento específico del intelectual y/o pensador en función del debate en torno al “problema nacional”. El Pensamiento Nacional aborda, desde diferentes perspectivas y ámbitos de acción, el debate sobre la nación cuya condición intrínseca implica problematizar y poner en cuestión, cuál es el camino más adecuado para alcanzar el desarrollo del país en el contexto de la división internacional del trabajo mundial.
El pensador brasileño Helio Jaguaribe, al referirse al término nación sostiene que dicho concepto incluye dos dimensiones básicas. Hay cuestiones objetivas que definen a una nación, como pueden ser las condiciones históricas, geográficas, culturales y sociales. El proceso de formación de una nación sólo se logra cuando existen vínculos de “Unidad de raza, de cultura y de territorio”.[2] Sobre el particular, el autor establece que: “El elemento cultural, comprendido en determinada época la cosmovisión básica de un pueblo, su lengua y demás medios de significación y comunicación, como el arte y el estilo, sus instituciones y su tecnología, es el principal factor de aglutinación nacional.” (Jaguaribe, 11). Jaguaribe sostiene que la nación no se consolida si dichas condiciones objetivas no son acompañadas de condiciones subjetivas, ya que: “Estas (las naciones) sólo se constituyen como tales cuando surge el proyecto político que aspira a fundarlas y mantenerlas. Las solidaridades objetivas son tópicas, por definición, y
no implican el proyecto de su preservación. Es el proyecto de vida nacional lo que da a la nación su continuidad en el tiempo y su fisonomía propia, como sujeto e instrumento de acción política.” (Jaguaribe, 12). Estas condiciones objetivas son organizadas y promovidas a través de un proyecto político que surge como reflejo defensivo del pueblo, que por intermedio de su práctica cotidiana e histórica, intenta modificar la estructura subdesarrollada e inconclusa de un país determinado. El proyecto nacional en palabras de Jaguaribe: “Es suscitado por la necesidad sentida de una comunidad de construir y mantener en funcionamiento un mecanismo jurídico político que imprima efectos prácticos a su unidad social, cultural y geográfica.” La inexistencia de una nación en un país, lo conduce al subdesarrollo permanente y a la reproducción de la dependencia estructural que contempla la condena social de sus mayorías sociales. El debate sobre la nación tal como aclara Jaguaribe, se distancia de una interpretación meramente simbólica, folclórica, literaria o de biografía personal de algún dirigente y por el contrario, adquiere una dimensión material y estructural concreta que implica la posibilidad o la negación respecto a la existencia de nuestros países y sus comunidades ya que: “El nacionalismo, como se vio, no es imposición de nuestras particularidades, ni simple expresión de características nacionales. Es por el contrario, un medio para alcanzar un fin: el desarrollo” (Jaguaribe, 39). Cuando un grupo o conjunto social se organiza políticamente e intenta consolidar la nación, se habla de la existencia del “nacionalismo”. Dicho término, incluye la planificación del Proyecto Nacional que implica una respuesta teórica y conceptual a las demandas y a los anhelos de las organizaciones libres del pueblo. Asimismo, el nacionalismo involucra una práctica y una acción concreta de ejecución del Programa Nacional, experiencia sin la cual la comunidad no se realiza. Proyecto Nacional y práctica política, son los dos pilares sin los cuales no se consuma la nación y consecuentemente, el conjunto de actores que habitan su territorio. En esta misma línea argumentativa Juan José Hernández Arregui sostendrá que: “La conciencia nacional es la lucha del pueblo argentino por su liberación”.
En las naciones del Tercer Mundo el Pensamiento Nacional discute el fenómeno de la Dependencia, que es una condición económica, social, política y cultural estructural de nuestros países que impide la consumación de la nacionalidad y obstaculiza cualquier tipo de desarrollo independiente y sustentable en nuestros Estados. Por el contrario, el pensamiento y la producción intelectual cuya función es planificar, implementar y justificar el programa de la dependencia, es denominado como Pensamiento antinacional, colonial o neocolonial. En tanto nuestros países y sus Estados a lo largo de su historia posterior a la Independencia no alcanzaron la independencia plena, no hay Pensamiento Nacional en el sur de la tierra que no discuta de una u otra manera, el fenómeno de la dependencia al que haremos referencia a continuación.


II- ¿QUÉ ES LA DEPENDENCIA?
Como punto de partida debemos decir que el fenómeno de la Dependencia es una relación asimétrica entre naciones en el ámbito internacional, que implica a su vez, una función particular de vinculación entre las clases y grupos sociales dentro de los países subsidiarios de las naciones centrales. En el teatro de la división internacional del trabajo se expresa, principalmente, en los siguientes aspectos:
1-DEPENDENCIA POLÍTICA: esta condición implica que las principales definiciones y acciones de política interna y externa se enajenan del Estado y se transfieren a las metrópolis, también denominadas como países centrales o imperialistas. Sus representantes articulan su influencia a través de una conjunción de instituciones centradas en el “triangulo de poder” del Estado, las corporaciones económicas y los organismos trasnacionales. La dependencia implica una relación asimétrica entre naciones en la toma de decisiones en los siguientes espacios:
A- El ámbito Internacional: tanto en el plano de la acción militar mundial[3] o en los espacios de planeamiento de la economía mundial[4], las decisiones principales de las políticas y las acciones a ejecutar, tiene a las potencias imperialistas con una potestad y una facultad de decisión claramente superior y asimétrica en relación al Tercer Mundo. Con estos poderes, las potencias y sus organismos mantienen al mundo en estado de guerra permanente definiendo qué es el mal, el bien, la civilización, la barbarie o el terrorismo y declarando y entablando a partir de aquí, enfrentamientos permanentes sobre los pueblos y comunidades. Europa y Norteamérica, implementaron históricamente programas políticos a nivel planetario que determinaron el derecho a matar al habitante del Tercer Mundo: las teorías de la lucha contra el comunismo o la Guerra contra el Mal, tuvieron su correlato en las atrocidades del Plan Cóndor o en las “Guerras Preventivas”. De manera similar a la mencionada guerra mundial permanente, las corporaciones económicas de las potencias son amparadas por los gobiernos y los organismos trasnacionales, que blanquean la explotación del Tercer Mundo por parte de las metrópolis que lo esclavizan como mano de obra barata y como mercado consumidor de sus excedentes.
B- El ámbito nacional: los imperios operan enajenando las decisiones internas en el plano militar, armando, educando o desarmando a las Fuerzas Armadas de las periferias que no tienen derecho a la defensa propia o a la guerra ante las agresiones externas, cuestión que involucraría solamente a las metrópolis; en el ámbito económico deciden las políticas,

establecen los planes de acción de las Cancillerías y las Embajadas y formulan, enfrentan o desvirtúan, los programas de política cultural.

2- DEPENDENCIA ECONÓMICA: esta condición dependiente se define como un proceso permanente de transferencia de recursos materiales y humanos desde los países periféricos hacia las potencias metropolitanas. La dependencia económica genera en los países atrasados un estado de inestabilidad permanente que implica la imposibilidad estructural de desarrollo sustentable. Dicho factor reproduce una tendencia histórica a generar y a perpetuar un proceso de:
I. Conservación de un tipo de estructura económica asentada en la explotación de los recursos naturales que opera no como un complemento, sino como un obstáculo respecto al desarrollo industrial.
II. Concentración de recursos que estructuran mercados oligopólicos. Dicha concentración reúne en pocas manos las empresas y la riqueza del país (concentración económica) y determina un espacio territorial fragmentado en polos de riqueza y de pobreza extrema que atan el modelo de desarrollo interno a los intereses externos (concentración geográfica).
III. Extranjerización de los recursos:
a- Financieros: Bancos, jubilaciones o destino de impuestos y ahorro (deuda externa);
b- Naturales: explotación, tenencia y comercio;
c- Servicios Públicos: transporte marítimo, aéreo, terrestre; energía: electricidad, agua o gas;
d- Comunicaciones: radio, TV o Telefonía;

3- DEPENDENCIA SOCIAL: este fenómeno determina la posibilidad de coexistencia entre la abundancia de recursos económicos y las carencias crónicas de las mayorías populares que no alcanzan a cubrir las necesidades sociales mínimas. La dependencia social implica la inestabilidad permanente de las condiciones de vida del Tercer Mundo, que son directamente vulnerables a las crisis mundiales. En épocas de abundancia no se distribuye la riqueza y en períodos de crisis se promueve ajustes catastróficos para la vida de los pueblos del sur. Dicha condición se expresa, principalmente, en:
I. La polarización en el acceso y en la tenencia de los recursos entre los extremos sociales reflejada en la existencia de sociedades fragmentadas social, geográfica y culturalmente. En estos países se genera la imposibilidad estructural de ascenso social;
II. Altos índices de pobreza e indigencia o de Necesidades Básicas Insatisfechas (viviendas, cloacas, asfalto, etc.)
III. Juventud como sujeto de la crisis: la mortalidad, la desnutrición y el desempleo atacan, principalmente, a los sectores juveniles y a la infancia, condenando a varias generaciones a sufrir severas limitaciones intelectuales y motrices.
IV. Diferencias en el acceso a la cultura, el deporte y la recreación: se observan bajas tasas de alfabetismo y elevadas de analfabetismo. Se produce una privatización del espacio público que impide el acceso al deporte a los sectores de bajos recursos. Se establece una crisis permanente y estructural del sistema público educativo, promoviendo el sistema privado y la estratificación de la educación y la cultura: un sistema para ricos y otro para pobres.
V. Propagación de enfermedades prevenibles, un alto índice de mortalidad y una baja esperanza de vida;

4- DEPENDENCIA CULTURAL: Abelardo Ramos en Crisis y resurrección de la Literatura Argentina[5] establece que a la estructura material de un país dependiente se le corresponde una superestructura cultural destinada a impedir el conocimiento de su situación tributaria. Dicha superestructura se organiza a partir de un conjunto de instituciones y prácticas planificadas y desarrolladas por intermedio de las potencias imperialistas y sus operadores internos, las oligarquías nativas. Asimismo, Arturo Jauretche en Los profetas del odio y la yapa[6], continuando la interpretación de Ramos introduce el concepto de “Aparato de la Colonización Pedagógica” para definir la forma en que se organiza y desenvuelve la dependencia cultural en las semicolonias. La idea de “Aparato” nos permite identificar la existencia de un conjunto de instituciones articuladas y planificadas con la misma meta de producir y reproducir la condición colonial del país. La noción de “colonización”, permite visualizar a la cultura como un espacio político cuya función se relaciona directamente al mantenimiento de la dependencia del país. La idea de “pedagogía” permite comprender que dicho proceso involucra una función educativa de largo alcance, que es ejercida por intermedio del “Aparato” con la finalidad de “colonizar”. A partir de estas nociones, podemos reconocer que el proceso de socialización implica la discusión y el análisis de las funciones del Aparato de la Colonización relacionadas a la educación de los pueblos:
A- Educación Primaria: Jauretche demuestra que como producto de la dependencia cultural se promueve la separación entre la escuela y la vida en una tarea constante de desculturalización y escisión entre el niño y su medio social e histórico. Desde la organización curricular misma se favorece la asimilación y repetición, desvirtuada, de los patrones de conducta europeos o norteamericanos. Este proceso es acompañado


por la asimilación de la Historia Oficial que siguiendo a Jauretche, trueca en forma de una Política de la Historia.[7]
B- Educación Secundaria: en el país y como producto de la dependencia cultural, al momento de determinar y transmitir las habilidades para el trabajo, se promueven aquellas competencias relacionadas con la administración de servicios y con el modelo agroexportador. La dependencia cultural destruye el espacio público y obliga a la juventud a reproducir modelos de vida y modos de ver ligados al consumo de la industria cultural extranjera.
C- Educación Terciaria y/o Universitaria: la Educación Superior en general y la Universidad y los ámbitos de producción científica en particular, son planificados y desvirtuados en relación a los intereses nacionales y de sus mayorías sociales, por la acción y la ingerencia de las metrópolis y sus corporaciones. Oscar Varsavsky lo estableció con extrema claridad cuando al referirse a la ciencia sostuvo que: “En pocos campos es nuestra dependencia cultural más notable que en éste, y menos percibida.”[8] Amílcar Herrera en el volumen Ciencia y política en América Latina [9] analiza el fenómeno de la dependencia científico técnica de nuestro país y del Continente, remarcando la relación que se entabla con los intereses de los imperios. El autor identifica las siguientes características generales de la dependencia cultural en dichos ámbitos:
a. División internacional de procesos productivos y científicos: el Tercer Mundo desarrolla tareas en áreas de escasa inversión tecnológica e importa los productos científicos y técnicos de las metrópolis;
b. Las corporaciones trasnacionales imponen pautas de consumo desvirtuando las producciones científicas en relación a las necesidades de desarrollo de sus países de origen. A su vez, aplacan los desarrollos científicos del país al importar tecnología extranjera en sus empresas;
c. La producción científica no está determinada por intereses propios del país: no existe una planificación adecuada entre la producción de ciencia y los objetivos nacionales en el mediano y largo plazo. Sin desarrollo industrial y con una economía atrasada, difícilmente exista una demanda científica ya que tal cual lo establece Amílcar Herrera: “Una política científica efectiva no es la generadora de un esfuerzo conciente y profundo de desarrollo, sino una de sus consecuencias.”
d. La inversión pública es baja en relación a la desarrollada en las metrópolis;
e- El sector privado invierte escasos recursos en investigación y desarrollo científico más allá de que desarrolle soluciones específicas a algunas demandas de sus empresas;

f. Existe una baja proporción de investigación aplicada en relación a las ciencias sociales, humanas y básicas que ocupan gran parte de las matrículas del ingreso y el egreso de las Universidades Nacionales;
g. El Primer Mundo exporta materias industriales, importa recursos humanos capacitados por el extranjero, se apropia de las patentes científicas y deporta a los trabajadores y científicos sudamericanos en períodos de crisis o estancamiento;
h. El proceso de desarrollo del Primer Mundo demanda y presiona sobre la ciencia: el atraso del Tercer Mundo es su opuesto e implica la escasa demanda de producción científica por parte del aparato productivo;

D- Educación Global:
a- Literatura y arte: el Aparato de la Colonización Pedagógica involucra diversos ámbitos de la vida cultural del país y en especial, se relaciona a los espacios de producción de conocimiento y formas artísticas de los sectores medios y altos. Jauretche para definir el tipo de intelectual dependiente se refiere a “inteligentzia”, término que toma distancia respecto al de “inteligencia” nacional. Sobre el particular, el autor resalta la condición colonial de las clases medias que se expresa en sus gustos y sus formas de producción de literatura, música y demás manifestaciones artísticas, caracterizadas por asimilar los valores de las metrópolis negando la existencia de la producción, los valores y las prácticas locales. La cultura del país es vista de manera peyorativa por la inteligentzia, que intenta reproducir los esquemas importados de pensamiento, suponiendo que con ello ingresa a la distribución de las riquezas de las empresas trasnacionales.
b- Medios de comunicación: los medios gráficos, audiovisuales o las nuevas tecnologías, están en manos de las corporaciones trasnacionales o sus aliados internos de la imnteligentzia. La prensa en América Latina está profundamente concentrada, presenta un fuerte componente extranjero y cumple una función, históricamente demostrable, antinacional: apoya las empresas de las metrópolis y enfrenta a los gobiernos democráticos, industrialistas y populares, sin excepción alguna.
c- Conjunto de las organizaciones libres del pueblo: tanto la Iglesia, las Fuerzas Armadas, las Cámaras Empresarias, los Gremios, los Clubes, Partidos u ONG, son ámbitos en los cuales se estructura o se combate, la Colonización Pedagógica y la producción de la cultura nacional.






III- ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DEL PENSAMIENTO NACIONAL
“El pensamiento nacional es el reflejo de esa actividad política de las masas, de esa agitación viva del país subterráneo y el pueblo lo crea, o mejor, lo estimula. A su vez, ese ideario nacional les es devuelto a las masas políticas, en tanto nacionalismo revolucionario, por los grupos intelectuales nacionales que han sistematizado, o tienden a ello, tales exigencias colectivas dándoles forma de programa político. De ahí la rapidez con que la cultura institucionalizada se agrieta al chocar con la reacción anticolonialista de las masas y el pensamiento nacional que la acompaña. Las masas fundan el pensamiento nacionalista que, a su vez, se convierte en teoría y práctica de la Revolución Nacional”.
Juan José Hernández Arregui[10]

A- El Pensamiento Nacional y la política: Gunnar Olsson[11] esboza una definición de Pensamiento Nacional cuya producción intelectual implica:
1- Una afirmación de la existencia del pueblo argentino que lucha por su liberación: esta acción se expresa en una “conciencia nacional” de las organizaciones libres del pueblo que se desenvuelve a través de una cultura propia y de una concepción de la acción política que guía su práctica y que el Pensador Nacional reconstruye y difunde;
2-”La política como forma práctica de vida de el sujeto”: el Pensador Nacional desarrolla su producción con el objetivo conciente de apoyar la organización del pueblo que busca emanciparse como comunidad nacional;
3. La producción científica e intelectual se desenvuelve como etapa distintiva respecto al desarrollo de la conciencia nacional articulando su acción con el conjunto de las organizaciones libres del pueblo. Sobre el particular Gunnar Olsson sostiene que: “La ciencia devendrá real, objetiva, en la medida que tenga la capacidad de integrarse a la vida del sujeto histórico, a la política del pueblo”;
4. El concepto de “autodeterminación nacional”, central en las producciones del Pensamiento Nacional devendrá real en la medida que sea apropiado por el pueblo como autorrealización de su proyecto histórico.

Como puede observarse, Gunar Olsson establece que el debate sobre la dimensión política y organizativa del pueblo, es un rasgo central del Pensamiento Nacional.

B- El Pensamiento Nacional y sus alcances conceptuales. Germán Ibáñez[12] sostiene que el Pensamiento Nacional se caracteriza por la capacidad de los intelectuales y hombres de la cultura de “vernos desde nosotros”, tomando distancia de los modelos teóricos y

políticos que reproducen el eurocentrismo o la norteamericanización de nuestra cultura. El Pensamiento Nacional se modifica en cada momento y lugar y más allá de las continuidades entre pensadores y épocas, es innegable que da cuenta del acontecer de los procesos históricos en su propio desenvolvimiento. Ibáñez recata una categoría diseñada por Alcira Argumedo[13] denominada “Matriz de Pensamiento”, que establece que el Pensamiento Nacional no es resultado meramente de la producción universitaria o de las clases ilustradas, sino que por el contrario, encuentra elaboraciones en expresiones artísticas, políticas o culturales de personas, grupos, líderes y/o dirigentes populares, que en muchos casos es expresada a través de una práctica o acción que no tiene su connotación en libros o producciones académicas. Dicho punto de partida nos permite reconocer matrices de pensamiento en la acción de muchos dirigentes, hombres y procesos que van estructurando los cimientos del Pensamiento Nacional. Ibáñez identifica lo que él llama cinco “Claves del Pensamiento Nacional Latinoamericano” y establece que dicho tipo de producción cultural se caracteriza por su recurrencia y énfasis en los planteos y debates sobre:
- la autodeterminación nacional;
- las discusiones acerca de la conquista de la “Soberanía Popular”;
- temas relacionados al respeto de las identidades y de la diversidad cultural;
- los debates vinculados a la búsqueda de la justicia social;
- la discusión en torno de las diferentes formas que existen para organizar la economía, contemplando su condición pública o social.

El autor, entonces, localiza en las producciones del Pensamiento Nacional muchos puntos de encuentro y de continuidad con la producción de Latinoamérica en su conjunto. Las realizaciones de Pensamiento Nacional en el país o en el continente y desde diferentes perspectivas, disciplinas, actores y prácticas, reproducen en su desenvolvimiento el tratamiento de alguna de estas cinco claves.

C- El Pensamiento Nacional: un intento de periodización
Con la finalidad de catalogar las diversas expresiones del Pensamiento Nacional se pueden atender diferentes criterios. Un resumen podría contemplar los siguientes ordenamientos y esquemas de abordaje:
1- Aspectos cronológicos: ordenar la elaboración de Pensamiento Nacional atendiendo períodos y años de producción y edición de las producciones.


2- Procesos políticos y sus manifestaciones intelectuales: puede identificarse la producción de pensamiento y su relación concreta con proyectos sociales y políticos específicos. Partiendo desde aquí, es posible catalogar a los pensadores, en función de su adhesión a escuelas de pensamiento en función de producciones ligadas, por ejemplo, al artiguismo, el rosismo, el yrigoyenismo y/o al peronismo.

3- Tipo de origen: esta categoría vincula al pensador con la disciplina o práctica de la que proviene. Por ejemplo, y de manera ilustrativa y sintética, podríamos mencionar las siguientes:
a- Pensamiento proveniente del ámbito de las letras, la música o la pintura: José Hernández, Ricardo Carpani;
b- Pensamiento científico-universitario:
- Filosofía: Juan José Hernández Arregui, Guillermo Gutiérrez,
- Epistemología o debate sobre la ciencia: Amílcar Herrera, Ricardo Guardo, Oscar Varsavsky;
- Historia: Rodolfo Puiggrós, José María Rosa;
c- Pensamiento vinculado a las Fuerzas Armadas: Manuel Savio, Enrique Gugliarmeli, Enrique Mosconi;
d- Pensamiento producido en relación a los debates de la Iglesia: Padre Benítez, Conrado Eggers Lan;
e- Pensamiento social y político no académico: Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke.
f- Pensamiento ligado a los Medios de Comunicación y la prensa: Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo.

4- Corriente ideológica a la que se vincula: dicha categoría permite catalogar al Pensador en relación a la ideología, la doctrina o con la corriente intelectual que profesa. Un resumen podría dejarnos como resultado la existencia de Pensadores Nacionales ligados al:
a- Nacionalismo de Derecha: Julio Irazusta;
b- Nacionalismo de Izquierda: FORJA, Rogelio García Lupo, Arturo Jauretche, John William Cooke durante las décadas de 1940-1950;
c- Pensamiento vinculado a la Doctrina Social de la Iglesia y similares: Guillermo Gutiérrez, Arturo Sampay, Amelia Podetti;
d- Pensamiento Marxista Nacional de orientación Trotskista: Abelardo Ramos, Norberto Galasso;
e- Pensamiento Marxista de orientación Peronista: Juan José Hernández Arregui, John William Cooke, Rodolfo Ortega Peña;

f- Pensamiento Marxista de orientación no peronista: Ismael Viñas, Silvio Frondizi;
g- Nacionalismo ligado al Revisionismo:
- Rosista: Fermín Chávez, José María Rosa, Ernesto Palacio;
- Federal: Juan José Hernández Arregui, Norberto Galasso.

Juan José Hernández Arregui introduce el concepto de “conciencia nacional” que plantea que la construcción de la identidad de un país es un proceso que conjuga y articula a través de la historia, tradiciones intelectuales disímiles e incluso, en el caso del nacionalismo de derecha -al cual reconoce importantes aportes en su denuncia al imperialismo-, claramente contradictorias entre sí. Es por eso que Arregui establece que: “En el proceso formativo de la conciencia nacional, cada grupo ideológico, aunque sus militantes, por los intereses de clase que representan, lo ignoran, está relacionado con los demás. (…) Es secundario aunque importante, que al enfrentar al imperialismo, la conciencia nacional apele, según los grupos, a supuestos históricos y culturales disímiles, pues lo que interesa es que al borde de las escorias espirituales de la derecha y la izquierda, crezca la conciencia histórica frente al opresor extranjero.[14]

A modo de conclusión de este 1º Cuaderno de Trabajo del C.E.H.A., sólo resta mencionar que todos y cada uno de los aspectos y categorías tratadas aquí, deben ser relacionadas y adecuadas al contexto específico de cada momento histórico. Son esquemas para pensar la realidad y no viceversa, y es por eso que las presentamos como guías para reflexionar sobre el Pensamiento Nacional y no para agotar el debate o las contribuciones que otras miradas puedan otorgar. Hecha está aclaración, es oportuno poner especial énfasis en una cuestión central: no hay Pensamiento Nacional que no discuta, a su manera y desde su espacio específico, el problema de la dependencia. Asimismo, es innegable que el Pensamiento Nacional se vincula directamente con la política proveniente de las organizaciones libres del pueblo de donde nace y hacia donde se conduce en el proceso de formación y ascenso de la Conciencia Nacional. Además, queremos resaltar que muchos de los debates del Pensamiento Nacional se corresponden a las cinco claves diseñadas por Ibáñez y comentadas por nosotros aquí. Sobre este esquema general, debemos recordar que la reflexión sobre la producción de nuestros pensadores nacionales, debe articularse con el momento histórico en donde se escribe o se reflexiona, con los procesos políticos y las clases sociales con las que se vincula el pensador, sea a su favor o en su contra, y además, respecto a la inscripción disciplinar


que guía su producción intelectual y respecto a la corriente ideológica en la que se encuentra inscripto.


BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
Argumedo, Alcira (2004) Los silencios y las Voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 2004.
Gutiérrez, Guillermo (1973), Ciencia, Cultura y Dependencia, Guadalupe, Colección Dependencia, Buenos Aires, 1973.
Hernández Arregui Juan José (2005), La Formación de la conciencia nacional, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires
(2004), Nacionalismo y Liberación, Ed. Peña Lillo.
Herrera, Amílcar (1974). Ciencia y política en América Latina, Siglo XXI, México.
Jaguaribe, Helio (1961). Burguesía y proletariado en el nacionalismo brasileño, Coyoacán, Buenos Aires.
Jauretche, Arturo (2004). Los Profetas del Odio y la Yapa, Corregidor, Buenos Aires.
(1970). Política Nacional y Revisionismo Histórico, Peña Lillo, Buenos Aires.
Olsson, Gunnar, “Notas sobre el Pensamiento Nacional”, en Antropología 3er. Mundo, Buenos Aires, Número especial / 5, año 2.
Varsavsky, Oscar (1974). Ciencia Política y cientificismo, Centro Editor de América Latina.


[1] Hernández Arregui, Juan José (2005), La Formación de la conciencia nación, Peña Lillo, Buenos Aires.
[2] Jaguaribe, Helio (1961), Burguesía y proletariado en el nacionalismo brasileño, Coyoacán, Buenos Aires 1961, p. 11.
[3] OTAN o Consejo de Seguridad de la ONU.
[4] Financieros como el FMI, el BM o el BID o Comerciales, como por ejemplo la Organización Mundial de Comercio.
[5] Ramos, Jorge Abelardo (1954), Crisis y resurrección de la literatura argentina, Indoamérica, Buenos Aires.
[6] Jauretche, Arturo (2004). Los Profetas del Odio y la Yapa, Corregidor, Buenos Aires.
[7] Jauretche, Arturo (1970), Política Nacional y Revisionismo Histórico, Peña Lillo, Buenos Aires.
[8] Oscar Varsavsky (1974), Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, p. 13.
[9] Herrera, Amílcar (1974), Ciencia y política en América Latina, Siglo XXI, México.

[10] Hernández Arregui (2004) p 72.
[11] Olsson, Gunnar (1969), “Notas sobre el Pensamiento Nacional”, en Antropología 3er. Mundo, Buenos Aires, Número especial / 5, Año 2.
[12]Ibáñez, Germán (2005), “Las claves del Pensamiento Nacional Latinoamericano”, Revista Desafíos, N° 3, diciembre.
[13] Argumedo, Alcira (2004), Los silencios y las Voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires.

[14] Hernández Arregui (2005), pp. 339-341.
MATERIAL PARA FORMACION Y CAPACITACION POLITICA. AGRADECEMOS AL CENTRO DE ESTUDIOS HERNANDEZ ARREGUI

domingo, 11 de octubre de 2009

12 de octubre .CON ESTA ACTITUD RESISTE AMÉRICA

PRESERVAR. NO RENDIRSE. PERDURAR
gracias a Alicia Susana Gomez por la foto.