viernes, 18 de diciembre de 2009

Gracias año; nos dejaste con la boca abierta

por Orlando Barone
Quedan pocos días para el festejo de año nuevo. Un festejo que 2009 se merece. Demos gracias a los malos augures que desde aquel año nuevo de hace doce meses anunciaron catástrofes que no se cumplieron. Gracias por el vasto desacierto. Por dejar que fracasaran los heraldos del fracaso. Fuera con las malas pitonisas y los malos deseos. Gracias a esos feroces y divulgados economistas, políticos, periodistas, medios, fundaciones, consultoras, oenegés y charlatanes sueltos, por equivocarse en augurar colapsos; gracias por no acertar, gracias por dejar expuestos al ridículo a las profecías y a sus profetas. Gracias buen año por dejarnos entender qué significa y qué no significan los significantes que vienen envueltos con las noticias. Un aire de cambio de época atraviesa el calendario. Un aire que se lleva a antiguos y yertos anacronismos. Gracias a este despabilamiento que nos permite ver desnudos y sin máscaras a tantos intereses largamente disfrazados de desinterés y ética pomposa. Gracias por revelarnos qué diferencias hay entre el credo y el poder cardenalicio; entre el judaísmo y un rabino rabioso; entre la justicia y el linchamiento; entre la promesa política y romperse el trasero; entre rechazar leyes y crearlas; entre la negación y las ilusiones. Entre la burbuja especulativa y el Estado sólido. Entre el rezongo de la inseguridad jurídica y la convicción soberana. Gracias 2009 porque lograste que las realidades felices desplazaran a las fabulaciones amargas; y porque empujaste a la derecha a salirse de la hipocresía. Gracias por sincerar a los opositores. Por enseñarnos la diferencia entre un gaucho de departamento y un gaucho, entre un campesino y un rentista, entre un aspirante al ALCA y uno al Alba ; entre un colonizado que soba al emisario y un descolonizado que lo pulsea; entre un alcahuete y un militante. Y gracias por dejar que la Argentina pudiera transparentarse a pesar de las veladuras que se propusieron enturbiarla. Y que pudiera dejar a la vista a los alborotados alborotando y a los hacedores, haciendo. No es para tirar manteca al techo pero por suerte hay manteca; no es para tirar la casa por la ventana pero hay casa; no es para hacer aspavientos de consumo, pero hay consumo. No es para exagerar que los jubilados son prósperos pero ya no son excluidos. No es para decir que la Argentina es una fiesta, pero se alejó del plano inclinado. No es para decir que esta es la llegada, pero este puede ser el camino. Sí, año 2009, gracias. Nos dejaste con la boca abierta y a los agoreros con la boca cerrada.
carta abierto porradio del Plata . 18 d Diciembre de 2009

martes, 17 de noviembre de 2009

La militancia enaltece al hombre y dignifica la política

Militante es aquel que intenta transformar el mundo con su ejemplo; sabe que decir lo que se piensa y hacer lo que dice es el arte mayor de una noble práctica política.

Su proceder está guiado por un precepto evangélico: luchar por la igualdad entre todos los seres humanos.

Su enorme tarea se inscribe en un paradigma fraterno: “ningún ciudadano se realiza en una Nación que no se realiza”.

La cultura de la solidaridad y el trabajo le marcan el norte de las utopías revolucionarias.

Arrastrando este sublime bagaje, caerá mil veces; encontrará energía en el servicio a sus semejantes y mil veces se levantará.

Su paso por la historia sólo está justificado si es capaz de honrar la vida: defender los derechos sociales y políticos de los desposeídos, y sostener a ultranza, poniendo el cuerpo si es preciso, una inquebrantable lealtad con el pueblo que le da su aliento.

Se apega a los principios éticos que hacen mejores a todos los humanos y ejerce las conductas morales escritas en la conciencia colectiva. Por eso el militante sólo existe como héroe colectivo; no puede expresarse como individuo sino dentro de LA MILITANCIA.


Hoy, cachuza, desperdigada y diezmada, esa tropa obstinada en escribir día a día la historia argentina vuelve a encontrar un rumbo y una esperanza. Hacen frente a un enemigo implacable: “la raza maldita de los explotadores” y sus mandaderos: los que tienen, siéndolo o no, “alma de oligarcas”.

Para defender el sueño de una patria justa, libre y soberana, soldados incansables de la igualdad, la libertad y la democracia alimentarán la llama inextinguible de nuestra pasión argentina.

El aluvión de la militancia popular se levantará otra vez como el batallón escogido de un ejército invencible: el de la clase trabajadora peronista.


Ernesto Jauretche
17 de noviembre de 2009

domingo, 25 de octubre de 2009

RESPUESTA DE UN PERONISTA AL Dr. DUHALDE

No es el ánimo descalificar el pensamiento del Dr. Duhalde, las motivaciones de responder al reportaje efectuado por Clarín, es el debate en torno al peronismo, desde la impronta y el pensamiento liberador que marcaron los liderazgos que nos llenan de orgullo, y el reconocimiento que tuvieron y tienen en nuestro pueblo.
El Dr. Duhalde debería explicar que entiende por desarrollo, esencialmente porque en su carrera política suele utilizar conceptos, que en el imaginario de nuestro pueblo abren expectativas de mejorar su calidad de vida, y luego las políticas que se instrumentan, producen todo lo contrario, me remito concretamente a la llamada “REVOLUCION PRODUCTIVA”.
En el reportaje, trasluce quienes son los actores centrales de ese desarrollo, “Las grandes empresas”, y cuestiona que el gobierno no les deja plena libertad, motivo por el cual no forman capital en el país. Su teoría no es nueva, ni tampoco el discurso; Ud. nos dice “cuanto mas ricos y más concentrado sea el poder económico, mejores calidades de vida le espera al pueblo argentino”.
Lo que Ud. propone, los hemos probado con varios gobiernos, el plan Prebisch de la Revolución libertadora, incorporándonos a los organismos internacionales de crédito, el de Frondizzi, en el marco de la Cooperación e integración regional, promovida por EEUU, en los sesenta, El estado corporativo de la Revolución Argentina de Onganía, la estructuración diversificada del capital desarrollada por Martinez de Hoz, el remate del Estado y los marcos desregulatorios del gobierno que compartió con Menem, y el interregno en el cual gobernó.
En todos se puede verificar que los ricos fueron más ricos y el pueblo quedó más empobrecido. Como peronista, permítame seguir creyendo que Perón tenía razón, “Los ricos deben ser menos ricos y los pobres menos pobres”.
Para ello manejaba dos conceptos inalterables en sus decisiones de gobierno en materia de política económica, “Al mercado lo controla el estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes consorcios en beneficio propio”, “El capital debe estar al servicio de la economía y esta al servicio del hombre”.
Ud. invierte los términos de la relación, y para que no queden dudas de su orientación política e ideológica, amplía sus conceptos sosteniendo que a los empresarios, hay que rodearlos de prestigio social. Palabras que no denotan la condición del Status Weberiano, sino que los intereses particulares de estos, pasen a ser el interés general de la Nación, por la mediación política, del Estado y el bipartidismo que Ud. exalta.
Sabe Dr. Duhalde; Evita, estaría más preocupada, por rodear de prestigio social, a los trabajadores, al pueblo empobrecido, a los miles de argentinos absolutamente desprotegidos, a los pequeños empresarios y productores, no a los responsables o beneficiarios directos, del saqueo y la humillación de nuestro pueblo.
Tal vez cuando Ud. era presidente del Senado en el primer gobierno Menemista, no recibía leyes con fecha de aprobación, y era mucho más profuso el dialogo con la oposición. Ese dialogo que pareciera ser la esencia, de la referida calidad institucional, era acertadamente calificado por el pueblo, como un “tome y daca”, de componendas, que nada tenían que ver con el interés de los argentinos.
Fue ello Dr. Duhalde, lo que generó la crisis de representatividad, y el desprestigio en toda la actividad política.
No es la calidad Institucional, la que resuelve el desprestigio de la política, es la calidad de la democracia, y como “los gobiernos hacen lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés el del pueblo”, el pueblo es el sujeto de transformación Dr. Duhalde, no objeto de las políticas de las grandes empresas.
Es legítima su lucha por restaurar la vieja corporación política, es innegable que desea la alternancia, los años dorados de dialogo entre Ud., Menem y Alfonsín, seguramente en su calidad de ajedrecista, tiene planificadas la principales jugadas hasta el 2015; sacrifica las piezas importantes para el 2011, y consolida la reina para retomar el control del estado en la alternancia.
No es que involuntariamente sea funcional al Vicepresidente, por el Contrario Cobos es funcional a su estrategia, movida predilecta de quienes practican el ajedrez.No emito juicio de valor sobre su estrategia, pero está absolutamente reñida con la práctica política del peronismo, nosotros somos el “Hecho maldito en el país burgués”, de carácter revolucionario, donde el protagonismo popular, no se circunscribe a una elección interna, sino a viabilizar las demandas populares que procesa un enorme Movimiento de Liberación, donde la competencia electoral es tan sólo una forma para dotar de legalidad, a liderazgos legitimados por el pueblo.
Mi identidad peronista, no tiene hoy más opción, que fortalecer el liderazgo de Nestor Kirchner, pero las razones por las cuales deseo que sea presidente nuevamente en el 2011, todas ellas orientadas por los valores mas nobles y los aciertos más trascendentes del peronismo, son las que Ud. cuestiona.
Por el contrario aquello en lo que soy crítico del gobierno, es todo lo que Ud. no critica. Lo paradojal, pone en evidencia que Ud. quiere resignificar el imaginario peronista, desde el liberal-capitalismo, en esto sin ánimo de faltarle el respeto, le sugiero que sea honesto y lo planteé de manera explicita a nuestro pueblo, y a los compañeros peronistas sus convicciones más profundas.
De cualquier forma, también debiera sincerar críticamente ante nuestro pueblo, los desaciertos de sus decisiones políticas, que han dañado y empobrecido a miles de argentinos, no porque fuese su voluntad este resultado, sino porque todos los mortales no están exentos de cometer errores.Entre ellas me permito señalarle algunas, sobre las cuales sería muy oportuno conocer su pensamiento actual:
La decisión de no construir viviendas de interés social, en el conurbano bonaerense durante sus ocho años de gobierno, con la visión de que los sectores humildes emigrarían hacia el interior;
La decisión de adherir a la llamada reforma educacional, e implantar el llamado polimodal, la deslocalización de más del 20% de las industrias del conurbano bonaerense, hacia los países limítrofes, la ausencia de obra pública en infraestructura sanitaria, especialmente de colectores y tratamiento de desechos cloacales, la falta de previsión en el tratamiento de residuos sólidos, el desarrollo exacerbado del hipermercadismo en detrimento del pequeño comercio, el marco jurídico para proyectos urbanísticos aislados en la trama urbana que requería completamientos, generalmente denominados barrios cerrados.
Me gustaría saber si aún considera que haciendo calles con pico y pala, es una actividad económicamente productiva.Pero esencialmente sería bueno que nos explique, porque considera acertadas las medidas económicas del breve período en que gobernó el país; puntualmente; porque la devaluación se tuvo que costear con la reducción del poder adquisitivo el conjunto del pueblo, y no opto por otras salidas donde la modificación de la tasa de cambio, afectase a los sectores más concentrados de la economía, verdaderos beneficiarios del modelo convertible y la fuga de capitales.
Yo no lo interpelo desde el telón de fondo que tuvo el “Fondo de Reparación histórica del Conurbano”, ni siquiera pongo en tela de juicio, los alcances de esta reparación, yo lo desafío a argumentar el sentido peronista, de las medidas y decisiones políticas más trascendentes de su trayectoria a partir de 1989.
Este es el debate que nos merecemos los peronistas, para forjar los liderazgos que mejor expresen el proyecto de Liberación y el marco teórico-político del peronismo. Lo demás pertenece a la política liberal.
Gallego Fernández
Peronista

martes, 20 de octubre de 2009

EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS.

.Mensaje de Mario de Andrade
(Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño)
“..Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas:las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas,comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...Sin muchas golosinas en el paquete,Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír de sus errores.Que no se envanezca con sus triunfos.
Que no se considere electa antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas….Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridosy con mi conciencia.Espero que tu meta sea la misma, porque de cualquier manera llegarás..."

domingo, 18 de octubre de 2009

frase de la primera persona que disfruta de la nueva ley

"La traición tiene que ver con no presentar leyes con contenido social, con ni siquiera ir a las sesiones""Me saqué la mordaza y voy a poder hablar, porque, hasta ahora, estuve esperando que el presidente de mi bloque hablara, pero nunca lo hizo" "Nos acusa de traición alguien que sólo sabe hacer política ladrándole a la luna"
palabras del negro Ledesma hacia De Narvaez

viernes, 16 de octubre de 2009

DIA DE LA LEALTAD

"La columna más maravillosa fue la que partió de Berisso. Estaba integrada por más de cinco mil compañeros; por el camino iban requisando todo lo que pudiera servir como medio de transporte: autos, colectivos, carros, también pedían a la gente que se sumaran a la marcha. Llegamos a eso de las cuatro de la tarde, antes había estado trabajando en la movilización. Yo viajaba en un coche con el compañero Ernesto Cleve. Cuando llegamos a puente Barracas nos encontramos con mucha gente, ya que habían levantado el puente y no se podía seguir. Los compañeros se largaban al agua como podían, usaban los botes, los transbordadores de los frigoríficos, tiraban bancos viejos o cualquier cosa que flotara para hacer balsas, otros simplemente nadaban en las sucias aguas del Riachuelo.
Así era el ansia por pasar al otro lado. Les dije que fueran por el puente del ferrocarril. A los pocos minutos bajaron puente Barracas gente se aprestó a cruzar. La policía intentó cerrar el paso e hizo una descarga cerrada al aire. Escuché decir a un oficial a sus subordinados: "¡Déjenlos pasar!…¿Quién ataja esto?".
Nos desplazamos por Barracas, tomando la avenida Montes de Oca hasta Constitución, donde hubo una concentración parcial. Volvimos a Bernardo de Irigoyen para avanzar sobre Plaza de Mayo. En cada cuadra se incorporaban más hombres y mujeres a la manifestación, desde los balcones nos aplaudían. Fue maravilloso."
CIPRIANO REYES
(Del libro: "La Jornada del 17 de octubre"
compilado por Fermín Chávez)

"Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Haga circular esta información." Rodolfo Walsh

miércoles, 14 de octubre de 2009

LA DESPOLITIZACIÓN

POR ENRIQUE LACOLLA
La despolitización argentina, derivada en gran parte del lavado de cerebro practicado por los medios masivos desde hace décadas, tiene en anchos sectores la clase media a su expresión más desagradable y paralizante.

El campo de visión en la política argentina suele estar acotado por el lugar común instituido por los medios, pero también, y en no escasa medida, por el prejuicio de parte de la clase media en contra del peronismo, cuyos elementos turbios y contradictorios la rechazan. Este rechazo, sin embargo, no suele ser exteriorizado por ella en la misma medida respecto de fenómenos similares que han caracterizado y caracterizan al establishment económico y a otras fuerzas partidarias presentes en nuestra sociedad. Ese prejuicio es el reflejo –que varía en sus matices a través del tiempo, pero que traduce una misma hostilidad-, de una opinión condicionada por la presión que ejerce un aparato cultural que va de la solemnidad de la historia oficial forjada por la oligarquía, a la aparente independencia de esta proveniente de un progresismo que tiende a coincidir empero con aquella en su común rechazo a ese movimiento popular. Coincidencia que se hace más evidente que nunca en los momentos críticos, en los cuales derechas e izquierdas embisten, desde los dos costados del espectro político, contra el peronismo cuando este se encuentra en apuros.
No desearía hablar en primera persona, pero en este caso no hacerlo así sería artificial: que quede claro que yo no soy peronista. Para mí, sin embargo, como para muchos otros, ese movimiento, con sus altibajos, sus errores, sus corrupciones y su a veces inconmensurable torpeza, fue el hecho que más profundamente agitó a la sociedad argentina en el último medio siglo y que merece, por lo tanto, una visión más precisa, sistemática y comprensiva de sus aciertos y fracasos. La izquierda nacional explicó en forma reiterada desde 1945 para acá, la naturaleza del fenómeno: un movimiento popular puesto bajo la advocación de una dirección bonapartista –o populista, si se quiere- que venía a desempeñar la función vicaria de una burguesía nacional que no se veía ni se ve por ningún lado. (1)
Para llenar esa misión llamó a las masas, hasta entonces desprovistas de una dirección estratégica, les otorgó un estatus social y, en consecuencia, las nacionalizó en una medida en que nunca lo habían estado antes. El movimiento no pudo llevar adelante su proyecto en su totalidad por la feroz hostilidad que despertó en los sectores vinculados al imperialismo o influidos por este, y por razones que hacían a sus propios problemas internos y a la incapacidad de resolverlos como no fuera a través de la presencia autoritaria de un líder carismático que no se proponía tener iguales y que, cuando sus fuerzas se agotaron, fue incapaz de controlar la crisis intestina de su partido. Pero este conflicto interno en definitiva no era otra cosa que la evidencia, en el seno del movimiento nacional, de la insuficiencia de este para darse una ideología coherente y persistir en su propio proyecto. Esto es, romper con una tradición intelectual dependiente concebida a la medida de los intereses de los grupos económicamente dominantes y forjar una nueva, orientada a una transformación revolucionaria de la sociedad.
Convengamos en que el peronismo de los orígenes, con sus méritos y sus deméritos, es hoy un fantasma del pasado. Sus estructuras fueron minadas de manera irreversible por el menemismo, que lo traicionó y saboteó por dentro y logró lo que sus enemigos externos nunca habían conseguido, esto es, abolir sus banderas tradicionales y liquidar el patrimonio físico e ideológico que, mal que bien, había hasta entonces custodiado.
Lo que tenemos ahora en el panorama político es conglomerado de facciones movidas por apetitos mezquinos, frente a un gobierno que expresa demasiado tímidamente la vocación nacional y popular de los inicios del peronismo y que sólo hoy, cuando se le ha hecho evidente que es imposible pactar con el enemigo y que este no le va a perdonar ni siquiera los atisbos de una acción contra el sistema, se decide tardíamente a tomar impulso y a atacarlo en los frentes que le duelen. En especial en la cuestión de las AFJP, de las retenciones al agro y de los monopolios de la comunicación que ejercen una virtual dictadura, disfrazada de pluralismo, sobre una opinión a la que bombardean con un discurso unívoco que se desploma desde la prensa gráfica, la radio y la televisión, discurso hábil para aprovechar los errores de imagen, reales o inventados, cometidos por el gobierno.
Alergias
Y bien, en este momento crítico de pronto vuelve a manifestarse esa repulsa de piel, en buena medida inducida pero de fácil penetración, en un amplio espectro de la clase media, respecto de esa “obstinación argentina”, como llama José Pablo Feinmann al peronismo. Un dato ha hecho patente esa animadversión por estos días. La famosa ley de medios. La ley de medios ha sido bombardeada desde todos los ángulos sin que se exhiba ni la sombra de una recusación legal o conceptual seria. Pero, como en el caso de la frustrada ley de retenciones al campo, ha servido como catalizador de la difusa antipatía que genera el gobierno en amplios sectores de la sociedad que no tienen intereses creados en los medios de comunicación, como no los tuvieron antes respecto de la renta agraria. La cuestión para ellos parece pasar más bien en la oportunidad que se les brinda para exteriorizar su antipatía para con un Poder Ejecutivo que, en verdad, no la merece, al menos de parte de quienes la profesan desde el rango social al que nos referimos. Que este ha sido un gobierno insuficiente en lo que hace a un proyecto de nacional de desarrollo lo dijimos más arriba y lo hemos mentado en repetidas ocasiones. Pero si evaluamos a los gobiernos que lo han antecedido, esa deficiencia empalidece.
Para algunos observadores, como Torcuato Di Tella, por ejemplo, este es el mejor gobierno que ha tenido el país desde 1930. Se trata de una apreciación más que discutible en lo referido a su accionar general, pero sin duda en lo vinculado a la calidad institucional e incluso a la transparencia administrativa esa aserción puede tomarse como cierta. ¿Qué tuvimos después del derrocamiento de Irigoyen? Una alternancia de gobiernos de facto con gobiernos constitucionales que rengueaban de una u otra pierna cuando de examinar su Curriculum cívico se trata. Los gobiernos del general Agustín P. Justo y del doctor Roberto M. Ortiz ascendieron al poder en base a la proscripción del radicalismo yrigoyenista o al fraude. No puede decirse lo mismo del peronismo, salido del pronunciamiento militar de 1943 y que revalidó sus legítimos títulos democráticos en las elecciones de 1946 y 1952; pero el estilo personalista, el acoso a la oposición y el control de la prensa no crearon un clima precisamente ideal para la instauración de un clima de debate público y originaron crispación en un sector muy grande de la ciudadanía, convirtiéndola en el basamento civil del golpe militar reaccionario que en Junio y Septiembre de 1955 se lanzó a demoler lo construido desde 1943. Siguieron otros 18 años signados por golpes militares e interregnos civiles, pero en todo momento estos últimos estuvieron deslegitimados por la proscripción del peronismo, situación que acabó en una convulsión nacional rematada por los “años de plomo”: los de la guerrilla, la represión y la dictadura.
Zonceras argentinas
Nada de esto basta sin embargo para moderar a los críticos. Los epítetos más increíbles como autoritario o fascista, por ejemplo, caen de la boca de Elisa Carrió, cuando concurre a la televisión ostentando su bronceado caribe y desgranando profecías apocalípticas. Como pronosticarle a la “pareja presidencial” un final equiparable a la del matrimonio Ceasescu en Rumania. La exagerada actitud no confrontativa del actual gobierno contrasta con las afirmaciones de este tenor. La corriente de opinión superficial que exterioriza su rechazo a los Kirchner, empero, parece aprobar esos dislates y no tomar conciencia de que este gobierno, pese a su falta de proyecto estratégico, a su propensión de proclamar iniciativas que luego quedan en agua de borrajas, a la presunta falta de probidad en las estadísticas del Indec y a los casos de corrupción que se sospechan en algunas áreas, ha tenido iniciativas de carácter popular y progresista que han ido en el buen sentido, como en el caso de la sostenida actualización de las jubilaciones, una política exterior atenta a dar prioridad a las relaciones latinoamericanas, el intento fallido de gravar la renta agraria y el empeño por democratizar la comunicación rompiendo el monolito de las dos o tres grandes cadenas que concentran la información y el espectáculo en Argentina.
Frente a este manojo de realidades, sin embargo, parece pesar más el prejuicio (entintado de racismo, en muchas ocasiones) de un sector de la clase media que no atiende a razones. Se siente ofendida no se sabe bien porqué. En un ejercicio de realismo mágico tiende a atribuir a todos los gobiernos de turno (pero en especial a los peronistas) la culpa de las miserias (que no son tantas) que la agobian. No desarrolla el más mínimo esfuerzo por comprender los móviles que subyacen a las cosas que ocurren y se deja llevar por los humores coyunturales que la mueven. ¿Qué diablos quiere la clase media cacerolera que se obnubila rencorosamente por las carteras que porta la Presidenta o se hincha de indignación ante la inseguridad física que se deriva del aumento de la delincuencia? Quiere desahogar el berrinche que le provoca la vaga noción que tiene en el sentido de flotar en el vacío; es decir, quiere exorcizar su propia confusión, su haraganería intelectual para tratar de explicarse su desconcierto averiguando por qué suceden las cosas que suceden. Es más fácil propinar epítetos antes que ponerse a indagar sobre las cosas que nos molestan. ¿Percibirá esa masa amorfa las raíces de la crisis en que el país se debate? ¿Es capaz de tener memoria de los hechos que condujeron a esta? Los créditos internacionales transformados en deuda externa impaga y henchida de intereses acumulados contraída por un gobierno al que no eligió nadie, estuvieron en la base de este deterioro, al igual que el desguace del Estado por obra del consenso de Washington, del que fueron personeros muchos individuos que están hoy en la oposición y gran parte de los cuadros “disidentes” del peronismo. La tabla rasa que se hizo con la industria nacional en la época de la dupla Menem-Cavallo o De la Rúa-Cavallo fue el principio motor que expulsó a la periferia social a millones de personas, generando las condiciones de deterioro social que hoy se exteriorizan en ese aumento de la delincuencia que enfurece a la clase media. ¿Qué puede esperarse entonces de esa runfla de oportunistas y aprovechados si vuelven al gobierno? Se dice que los gatos escaldados no vuelven a probar la leche hirviendo. Pero pareciera que en nuestro país esa capacidad de aprender a través de una experiencia sensible no existe porque no hay memoria…
La oposición irracional al actual gobierno proviene asimismo de los grupúsculos de la ultraizquierda, que concurren a agitar las aguas (¡con gran sentido de la oportunidad!) justo cuando el ejecutivo se encuentra embarcado en un proyecto como la ley de medios que todos, estén a favor o en contra, juzgan estratégico. El conflicto de Kraft es, en efecto, una prueba de fuerza de una firma transnacional para forzarle la mano a los sindicatos y al Ejecutivo y para tantear los límites de este para conciliar entre las partes. En estas circunstancias, buscar el choque con la empresa más allá del marco de la protesta pacífica y ajustada a los cánones de la ley puede ser, en esta instancia, otra forma de apretar al gobierno. La incapacidad de mensurar las relaciones de fuerza en un momento dado ha sido el signo distintivo de la ultraizquierda en Argentina, y ha sido expresivo no sólo del accionar de núcleos muy minoritarios sino también de esos desprendimientos iluminados de la clase media que conformaron a la guerrilla en los años de plomo. Sin que esto suponga negar su coraje ni la magnitud del sacrificio que ellos hubieron de afrontar.
Una cuestión de enfoque
El problema central de la Argentina es la dependencia económica y las sucesivas subordinaciones que esta impone en el plano intelectual, social y político. Pero si la primera no puede revertirse a partir de un voluntarismo que pretenda copar el poder contra viento y marea –como quedó demostrado en los ’70- entonces se hace evidente que el esfuerzo debe pasar por esa pesada y lerda batalla dirigida a modificar las pautas conceptuales que los cuadros medios aplican a la realidad política. Pasa por una tarea educativa o autoeducativa, en una palabra. Después de todo la generación de la JotaPé surgió en gran parte de hogares gorilas de clase media, a través de una rebelión que compaginaba la natural ruptura con los padres y el descubrimiento por los hijos de una realidad distinta de la que les habían enseñado. Al revés de lo que ocurrió por entonces, por lo tanto, bueno será comprender que ni los criterios autoritarios ni los dogmatismos de capilla pueden ayudar a crear esa base intelectiva que es necesaria para comprender el presente y preparar el futuro. En ese momento la inmadurez de las nuevas generaciones que descubrían al peronismo se dio de patadas con la realidad de un movimiento multifacético en el cual su jefe hacía difíciles equilibrios para llevar adelante un proyecto de revolución nacional que, de momento, tenía poco o nada de socialista. Los jóvenes querían rodear a Perón e imponerle su particular idea del cambio. Pero tropezaron con alguien que no tenía intención alguna de renunciar a sus poderes y que, además, como astuto realista de la política que era, sabía que el proyecto de los Montoneros no sólo iba contra él sino contra los componentes profundos de la sociedad argentina, que es individualista, más bien conservadora y para nada afecta a las aventuras colectivas. Al sentirse atacado, Perón reaccionó con la torpeza de un hombre viejo, agravada por la mediocridad siniestra del entorno del que se había rodeado. Cuando desapareció se hundió el último puente que restaba sobre un vacío anárquico que demandaba a gritos un ordenamiento. Este llegó, como era de prever, de las peores manos de las cuales podía salir: unas fuerzas armadas que se habían concebido a sí mismas como baluartes del antiperonismo y del anticomunismo a partir de 1955 y habían sido adoctrinadas en la Escuela de las Américas, pero que además estaban exasperadas por los continuos ataques de la guerrilla, que terminaron silenciando las diferencias de criterio que podía haber dentro de ellas, soldándolas en un solo bloque en el cual la capacidad de discernimiento era eclipsada por la arrogancia y la sed de venganza.
Nos pese o no, las vertientes nacionales del pensamiento, cualquiera sea su origen, han de estar preparadas para convivir unas con otras, sin pretender (por difícil que esto sea) una prelación que daría a unas más que a otras el rol de depositarias de las cartas de nobleza para mejor combatir al sistema.
No es fácil conseguir esta síntesis. Pero es el único camino que queda ante la amenaza de una eventual restauración oligárquica, que volvería a tensar las relaciones sociales en un país donde la gente pierde cada vez más la paciencia y la cabeza y, por consiguiente, la capacidad para comprender las cosas. La re-politización de la sociedad en el buen sentido del término es un expediente indispensable para salir de la crisis.

(1) La izquierda nacional es una corriente de pensamiento no vinculable al nacionalismo de matiz oligárquico, aunque no desdeñe las aportaciones de este al revisionismo. En buena medida deviene de FORJA, del trotskismo y del comunismo, y fue la primera en aplicar al populismo un análisis marxista capaz de ver a la Argentina como el producto de una deformación generada por su situación semicolonial y culturalmente dependiente de los grandes centros de poder global. Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Aurelio Narvaja, Jorge Abelardo Ramos, Juan José Hernández Arregui, Norberto Galasso, Rodolfo Puiggrós, Alfredo Terzaga, Jorge Enea Spilimbergo, Roberto Ferrero, José María Rosa, Fermín Chávez y muchos otros se contaron entre quienes realizaron las mayores aportaciones a la corriente. A pesar de haber ejercido una decisiva influencia intelectual en la nacionalización de los sectores medios y haber producido un corpus literario de gran magnitud, no goza de prensa, sus libros hoy no son fáciles de conseguir y su prestigio en la academia universitaria es nulo. Más que recusada, la corriente fue ninguneada con el silencio. De su reconocimiento o, mejor dicho, del debate en torno de sus postulados, cualesquiera sean las diferencias que se tengan con ellos, debería nacer la oportunidad para una nueva síntesis que sea capaz de operar sobre el cuerpo vivo de la Argentina de hoy.

lunes, 12 de octubre de 2009

QUE ES EL PENSAMIENTO NACIONAL

¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO NACIONAL?
Aritz Recalde

“El dilema es de hierro. Ya se ha dicho. O nación o factoría.” Juan José Hernández Arregui[1]

I- PENSAMIENTO NACIONAL
El término “pensamiento” se vincula a la acción de “pensar”, definida como aquella actividad intelectual que intenta alcanzar la resolución de un problema. Siempre que nos refiramos a “pensamiento” o a “pensadores”, estaremos describiendo una actividad humana cuyo sustrato primordial se vincula estrechamente a la capacidad de dar respuesta a determinados interrogantes que nos presenta el medio histórico, social, político y cultural en determinado período histórico. Asimismo, hablamos de Pensamiento Nacional y no de Pensamiento Argentino, ya que el primero no implica únicamente un tipo de inscripción geográfica respecto a la producción intelectual, sino que además involucra un posicionamiento específico del intelectual y/o pensador en función del debate en torno al “problema nacional”. El Pensamiento Nacional aborda, desde diferentes perspectivas y ámbitos de acción, el debate sobre la nación cuya condición intrínseca implica problematizar y poner en cuestión, cuál es el camino más adecuado para alcanzar el desarrollo del país en el contexto de la división internacional del trabajo mundial.
El pensador brasileño Helio Jaguaribe, al referirse al término nación sostiene que dicho concepto incluye dos dimensiones básicas. Hay cuestiones objetivas que definen a una nación, como pueden ser las condiciones históricas, geográficas, culturales y sociales. El proceso de formación de una nación sólo se logra cuando existen vínculos de “Unidad de raza, de cultura y de territorio”.[2] Sobre el particular, el autor establece que: “El elemento cultural, comprendido en determinada época la cosmovisión básica de un pueblo, su lengua y demás medios de significación y comunicación, como el arte y el estilo, sus instituciones y su tecnología, es el principal factor de aglutinación nacional.” (Jaguaribe, 11). Jaguaribe sostiene que la nación no se consolida si dichas condiciones objetivas no son acompañadas de condiciones subjetivas, ya que: “Estas (las naciones) sólo se constituyen como tales cuando surge el proyecto político que aspira a fundarlas y mantenerlas. Las solidaridades objetivas son tópicas, por definición, y
no implican el proyecto de su preservación. Es el proyecto de vida nacional lo que da a la nación su continuidad en el tiempo y su fisonomía propia, como sujeto e instrumento de acción política.” (Jaguaribe, 12). Estas condiciones objetivas son organizadas y promovidas a través de un proyecto político que surge como reflejo defensivo del pueblo, que por intermedio de su práctica cotidiana e histórica, intenta modificar la estructura subdesarrollada e inconclusa de un país determinado. El proyecto nacional en palabras de Jaguaribe: “Es suscitado por la necesidad sentida de una comunidad de construir y mantener en funcionamiento un mecanismo jurídico político que imprima efectos prácticos a su unidad social, cultural y geográfica.” La inexistencia de una nación en un país, lo conduce al subdesarrollo permanente y a la reproducción de la dependencia estructural que contempla la condena social de sus mayorías sociales. El debate sobre la nación tal como aclara Jaguaribe, se distancia de una interpretación meramente simbólica, folclórica, literaria o de biografía personal de algún dirigente y por el contrario, adquiere una dimensión material y estructural concreta que implica la posibilidad o la negación respecto a la existencia de nuestros países y sus comunidades ya que: “El nacionalismo, como se vio, no es imposición de nuestras particularidades, ni simple expresión de características nacionales. Es por el contrario, un medio para alcanzar un fin: el desarrollo” (Jaguaribe, 39). Cuando un grupo o conjunto social se organiza políticamente e intenta consolidar la nación, se habla de la existencia del “nacionalismo”. Dicho término, incluye la planificación del Proyecto Nacional que implica una respuesta teórica y conceptual a las demandas y a los anhelos de las organizaciones libres del pueblo. Asimismo, el nacionalismo involucra una práctica y una acción concreta de ejecución del Programa Nacional, experiencia sin la cual la comunidad no se realiza. Proyecto Nacional y práctica política, son los dos pilares sin los cuales no se consuma la nación y consecuentemente, el conjunto de actores que habitan su territorio. En esta misma línea argumentativa Juan José Hernández Arregui sostendrá que: “La conciencia nacional es la lucha del pueblo argentino por su liberación”.
En las naciones del Tercer Mundo el Pensamiento Nacional discute el fenómeno de la Dependencia, que es una condición económica, social, política y cultural estructural de nuestros países que impide la consumación de la nacionalidad y obstaculiza cualquier tipo de desarrollo independiente y sustentable en nuestros Estados. Por el contrario, el pensamiento y la producción intelectual cuya función es planificar, implementar y justificar el programa de la dependencia, es denominado como Pensamiento antinacional, colonial o neocolonial. En tanto nuestros países y sus Estados a lo largo de su historia posterior a la Independencia no alcanzaron la independencia plena, no hay Pensamiento Nacional en el sur de la tierra que no discuta de una u otra manera, el fenómeno de la dependencia al que haremos referencia a continuación.


II- ¿QUÉ ES LA DEPENDENCIA?
Como punto de partida debemos decir que el fenómeno de la Dependencia es una relación asimétrica entre naciones en el ámbito internacional, que implica a su vez, una función particular de vinculación entre las clases y grupos sociales dentro de los países subsidiarios de las naciones centrales. En el teatro de la división internacional del trabajo se expresa, principalmente, en los siguientes aspectos:
1-DEPENDENCIA POLÍTICA: esta condición implica que las principales definiciones y acciones de política interna y externa se enajenan del Estado y se transfieren a las metrópolis, también denominadas como países centrales o imperialistas. Sus representantes articulan su influencia a través de una conjunción de instituciones centradas en el “triangulo de poder” del Estado, las corporaciones económicas y los organismos trasnacionales. La dependencia implica una relación asimétrica entre naciones en la toma de decisiones en los siguientes espacios:
A- El ámbito Internacional: tanto en el plano de la acción militar mundial[3] o en los espacios de planeamiento de la economía mundial[4], las decisiones principales de las políticas y las acciones a ejecutar, tiene a las potencias imperialistas con una potestad y una facultad de decisión claramente superior y asimétrica en relación al Tercer Mundo. Con estos poderes, las potencias y sus organismos mantienen al mundo en estado de guerra permanente definiendo qué es el mal, el bien, la civilización, la barbarie o el terrorismo y declarando y entablando a partir de aquí, enfrentamientos permanentes sobre los pueblos y comunidades. Europa y Norteamérica, implementaron históricamente programas políticos a nivel planetario que determinaron el derecho a matar al habitante del Tercer Mundo: las teorías de la lucha contra el comunismo o la Guerra contra el Mal, tuvieron su correlato en las atrocidades del Plan Cóndor o en las “Guerras Preventivas”. De manera similar a la mencionada guerra mundial permanente, las corporaciones económicas de las potencias son amparadas por los gobiernos y los organismos trasnacionales, que blanquean la explotación del Tercer Mundo por parte de las metrópolis que lo esclavizan como mano de obra barata y como mercado consumidor de sus excedentes.
B- El ámbito nacional: los imperios operan enajenando las decisiones internas en el plano militar, armando, educando o desarmando a las Fuerzas Armadas de las periferias que no tienen derecho a la defensa propia o a la guerra ante las agresiones externas, cuestión que involucraría solamente a las metrópolis; en el ámbito económico deciden las políticas,

establecen los planes de acción de las Cancillerías y las Embajadas y formulan, enfrentan o desvirtúan, los programas de política cultural.

2- DEPENDENCIA ECONÓMICA: esta condición dependiente se define como un proceso permanente de transferencia de recursos materiales y humanos desde los países periféricos hacia las potencias metropolitanas. La dependencia económica genera en los países atrasados un estado de inestabilidad permanente que implica la imposibilidad estructural de desarrollo sustentable. Dicho factor reproduce una tendencia histórica a generar y a perpetuar un proceso de:
I. Conservación de un tipo de estructura económica asentada en la explotación de los recursos naturales que opera no como un complemento, sino como un obstáculo respecto al desarrollo industrial.
II. Concentración de recursos que estructuran mercados oligopólicos. Dicha concentración reúne en pocas manos las empresas y la riqueza del país (concentración económica) y determina un espacio territorial fragmentado en polos de riqueza y de pobreza extrema que atan el modelo de desarrollo interno a los intereses externos (concentración geográfica).
III. Extranjerización de los recursos:
a- Financieros: Bancos, jubilaciones o destino de impuestos y ahorro (deuda externa);
b- Naturales: explotación, tenencia y comercio;
c- Servicios Públicos: transporte marítimo, aéreo, terrestre; energía: electricidad, agua o gas;
d- Comunicaciones: radio, TV o Telefonía;

3- DEPENDENCIA SOCIAL: este fenómeno determina la posibilidad de coexistencia entre la abundancia de recursos económicos y las carencias crónicas de las mayorías populares que no alcanzan a cubrir las necesidades sociales mínimas. La dependencia social implica la inestabilidad permanente de las condiciones de vida del Tercer Mundo, que son directamente vulnerables a las crisis mundiales. En épocas de abundancia no se distribuye la riqueza y en períodos de crisis se promueve ajustes catastróficos para la vida de los pueblos del sur. Dicha condición se expresa, principalmente, en:
I. La polarización en el acceso y en la tenencia de los recursos entre los extremos sociales reflejada en la existencia de sociedades fragmentadas social, geográfica y culturalmente. En estos países se genera la imposibilidad estructural de ascenso social;
II. Altos índices de pobreza e indigencia o de Necesidades Básicas Insatisfechas (viviendas, cloacas, asfalto, etc.)
III. Juventud como sujeto de la crisis: la mortalidad, la desnutrición y el desempleo atacan, principalmente, a los sectores juveniles y a la infancia, condenando a varias generaciones a sufrir severas limitaciones intelectuales y motrices.
IV. Diferencias en el acceso a la cultura, el deporte y la recreación: se observan bajas tasas de alfabetismo y elevadas de analfabetismo. Se produce una privatización del espacio público que impide el acceso al deporte a los sectores de bajos recursos. Se establece una crisis permanente y estructural del sistema público educativo, promoviendo el sistema privado y la estratificación de la educación y la cultura: un sistema para ricos y otro para pobres.
V. Propagación de enfermedades prevenibles, un alto índice de mortalidad y una baja esperanza de vida;

4- DEPENDENCIA CULTURAL: Abelardo Ramos en Crisis y resurrección de la Literatura Argentina[5] establece que a la estructura material de un país dependiente se le corresponde una superestructura cultural destinada a impedir el conocimiento de su situación tributaria. Dicha superestructura se organiza a partir de un conjunto de instituciones y prácticas planificadas y desarrolladas por intermedio de las potencias imperialistas y sus operadores internos, las oligarquías nativas. Asimismo, Arturo Jauretche en Los profetas del odio y la yapa[6], continuando la interpretación de Ramos introduce el concepto de “Aparato de la Colonización Pedagógica” para definir la forma en que se organiza y desenvuelve la dependencia cultural en las semicolonias. La idea de “Aparato” nos permite identificar la existencia de un conjunto de instituciones articuladas y planificadas con la misma meta de producir y reproducir la condición colonial del país. La noción de “colonización”, permite visualizar a la cultura como un espacio político cuya función se relaciona directamente al mantenimiento de la dependencia del país. La idea de “pedagogía” permite comprender que dicho proceso involucra una función educativa de largo alcance, que es ejercida por intermedio del “Aparato” con la finalidad de “colonizar”. A partir de estas nociones, podemos reconocer que el proceso de socialización implica la discusión y el análisis de las funciones del Aparato de la Colonización relacionadas a la educación de los pueblos:
A- Educación Primaria: Jauretche demuestra que como producto de la dependencia cultural se promueve la separación entre la escuela y la vida en una tarea constante de desculturalización y escisión entre el niño y su medio social e histórico. Desde la organización curricular misma se favorece la asimilación y repetición, desvirtuada, de los patrones de conducta europeos o norteamericanos. Este proceso es acompañado


por la asimilación de la Historia Oficial que siguiendo a Jauretche, trueca en forma de una Política de la Historia.[7]
B- Educación Secundaria: en el país y como producto de la dependencia cultural, al momento de determinar y transmitir las habilidades para el trabajo, se promueven aquellas competencias relacionadas con la administración de servicios y con el modelo agroexportador. La dependencia cultural destruye el espacio público y obliga a la juventud a reproducir modelos de vida y modos de ver ligados al consumo de la industria cultural extranjera.
C- Educación Terciaria y/o Universitaria: la Educación Superior en general y la Universidad y los ámbitos de producción científica en particular, son planificados y desvirtuados en relación a los intereses nacionales y de sus mayorías sociales, por la acción y la ingerencia de las metrópolis y sus corporaciones. Oscar Varsavsky lo estableció con extrema claridad cuando al referirse a la ciencia sostuvo que: “En pocos campos es nuestra dependencia cultural más notable que en éste, y menos percibida.”[8] Amílcar Herrera en el volumen Ciencia y política en América Latina [9] analiza el fenómeno de la dependencia científico técnica de nuestro país y del Continente, remarcando la relación que se entabla con los intereses de los imperios. El autor identifica las siguientes características generales de la dependencia cultural en dichos ámbitos:
a. División internacional de procesos productivos y científicos: el Tercer Mundo desarrolla tareas en áreas de escasa inversión tecnológica e importa los productos científicos y técnicos de las metrópolis;
b. Las corporaciones trasnacionales imponen pautas de consumo desvirtuando las producciones científicas en relación a las necesidades de desarrollo de sus países de origen. A su vez, aplacan los desarrollos científicos del país al importar tecnología extranjera en sus empresas;
c. La producción científica no está determinada por intereses propios del país: no existe una planificación adecuada entre la producción de ciencia y los objetivos nacionales en el mediano y largo plazo. Sin desarrollo industrial y con una economía atrasada, difícilmente exista una demanda científica ya que tal cual lo establece Amílcar Herrera: “Una política científica efectiva no es la generadora de un esfuerzo conciente y profundo de desarrollo, sino una de sus consecuencias.”
d. La inversión pública es baja en relación a la desarrollada en las metrópolis;
e- El sector privado invierte escasos recursos en investigación y desarrollo científico más allá de que desarrolle soluciones específicas a algunas demandas de sus empresas;

f. Existe una baja proporción de investigación aplicada en relación a las ciencias sociales, humanas y básicas que ocupan gran parte de las matrículas del ingreso y el egreso de las Universidades Nacionales;
g. El Primer Mundo exporta materias industriales, importa recursos humanos capacitados por el extranjero, se apropia de las patentes científicas y deporta a los trabajadores y científicos sudamericanos en períodos de crisis o estancamiento;
h. El proceso de desarrollo del Primer Mundo demanda y presiona sobre la ciencia: el atraso del Tercer Mundo es su opuesto e implica la escasa demanda de producción científica por parte del aparato productivo;

D- Educación Global:
a- Literatura y arte: el Aparato de la Colonización Pedagógica involucra diversos ámbitos de la vida cultural del país y en especial, se relaciona a los espacios de producción de conocimiento y formas artísticas de los sectores medios y altos. Jauretche para definir el tipo de intelectual dependiente se refiere a “inteligentzia”, término que toma distancia respecto al de “inteligencia” nacional. Sobre el particular, el autor resalta la condición colonial de las clases medias que se expresa en sus gustos y sus formas de producción de literatura, música y demás manifestaciones artísticas, caracterizadas por asimilar los valores de las metrópolis negando la existencia de la producción, los valores y las prácticas locales. La cultura del país es vista de manera peyorativa por la inteligentzia, que intenta reproducir los esquemas importados de pensamiento, suponiendo que con ello ingresa a la distribución de las riquezas de las empresas trasnacionales.
b- Medios de comunicación: los medios gráficos, audiovisuales o las nuevas tecnologías, están en manos de las corporaciones trasnacionales o sus aliados internos de la imnteligentzia. La prensa en América Latina está profundamente concentrada, presenta un fuerte componente extranjero y cumple una función, históricamente demostrable, antinacional: apoya las empresas de las metrópolis y enfrenta a los gobiernos democráticos, industrialistas y populares, sin excepción alguna.
c- Conjunto de las organizaciones libres del pueblo: tanto la Iglesia, las Fuerzas Armadas, las Cámaras Empresarias, los Gremios, los Clubes, Partidos u ONG, son ámbitos en los cuales se estructura o se combate, la Colonización Pedagógica y la producción de la cultura nacional.






III- ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DEL PENSAMIENTO NACIONAL
“El pensamiento nacional es el reflejo de esa actividad política de las masas, de esa agitación viva del país subterráneo y el pueblo lo crea, o mejor, lo estimula. A su vez, ese ideario nacional les es devuelto a las masas políticas, en tanto nacionalismo revolucionario, por los grupos intelectuales nacionales que han sistematizado, o tienden a ello, tales exigencias colectivas dándoles forma de programa político. De ahí la rapidez con que la cultura institucionalizada se agrieta al chocar con la reacción anticolonialista de las masas y el pensamiento nacional que la acompaña. Las masas fundan el pensamiento nacionalista que, a su vez, se convierte en teoría y práctica de la Revolución Nacional”.
Juan José Hernández Arregui[10]

A- El Pensamiento Nacional y la política: Gunnar Olsson[11] esboza una definición de Pensamiento Nacional cuya producción intelectual implica:
1- Una afirmación de la existencia del pueblo argentino que lucha por su liberación: esta acción se expresa en una “conciencia nacional” de las organizaciones libres del pueblo que se desenvuelve a través de una cultura propia y de una concepción de la acción política que guía su práctica y que el Pensador Nacional reconstruye y difunde;
2-”La política como forma práctica de vida de el sujeto”: el Pensador Nacional desarrolla su producción con el objetivo conciente de apoyar la organización del pueblo que busca emanciparse como comunidad nacional;
3. La producción científica e intelectual se desenvuelve como etapa distintiva respecto al desarrollo de la conciencia nacional articulando su acción con el conjunto de las organizaciones libres del pueblo. Sobre el particular Gunnar Olsson sostiene que: “La ciencia devendrá real, objetiva, en la medida que tenga la capacidad de integrarse a la vida del sujeto histórico, a la política del pueblo”;
4. El concepto de “autodeterminación nacional”, central en las producciones del Pensamiento Nacional devendrá real en la medida que sea apropiado por el pueblo como autorrealización de su proyecto histórico.

Como puede observarse, Gunar Olsson establece que el debate sobre la dimensión política y organizativa del pueblo, es un rasgo central del Pensamiento Nacional.

B- El Pensamiento Nacional y sus alcances conceptuales. Germán Ibáñez[12] sostiene que el Pensamiento Nacional se caracteriza por la capacidad de los intelectuales y hombres de la cultura de “vernos desde nosotros”, tomando distancia de los modelos teóricos y

políticos que reproducen el eurocentrismo o la norteamericanización de nuestra cultura. El Pensamiento Nacional se modifica en cada momento y lugar y más allá de las continuidades entre pensadores y épocas, es innegable que da cuenta del acontecer de los procesos históricos en su propio desenvolvimiento. Ibáñez recata una categoría diseñada por Alcira Argumedo[13] denominada “Matriz de Pensamiento”, que establece que el Pensamiento Nacional no es resultado meramente de la producción universitaria o de las clases ilustradas, sino que por el contrario, encuentra elaboraciones en expresiones artísticas, políticas o culturales de personas, grupos, líderes y/o dirigentes populares, que en muchos casos es expresada a través de una práctica o acción que no tiene su connotación en libros o producciones académicas. Dicho punto de partida nos permite reconocer matrices de pensamiento en la acción de muchos dirigentes, hombres y procesos que van estructurando los cimientos del Pensamiento Nacional. Ibáñez identifica lo que él llama cinco “Claves del Pensamiento Nacional Latinoamericano” y establece que dicho tipo de producción cultural se caracteriza por su recurrencia y énfasis en los planteos y debates sobre:
- la autodeterminación nacional;
- las discusiones acerca de la conquista de la “Soberanía Popular”;
- temas relacionados al respeto de las identidades y de la diversidad cultural;
- los debates vinculados a la búsqueda de la justicia social;
- la discusión en torno de las diferentes formas que existen para organizar la economía, contemplando su condición pública o social.

El autor, entonces, localiza en las producciones del Pensamiento Nacional muchos puntos de encuentro y de continuidad con la producción de Latinoamérica en su conjunto. Las realizaciones de Pensamiento Nacional en el país o en el continente y desde diferentes perspectivas, disciplinas, actores y prácticas, reproducen en su desenvolvimiento el tratamiento de alguna de estas cinco claves.

C- El Pensamiento Nacional: un intento de periodización
Con la finalidad de catalogar las diversas expresiones del Pensamiento Nacional se pueden atender diferentes criterios. Un resumen podría contemplar los siguientes ordenamientos y esquemas de abordaje:
1- Aspectos cronológicos: ordenar la elaboración de Pensamiento Nacional atendiendo períodos y años de producción y edición de las producciones.


2- Procesos políticos y sus manifestaciones intelectuales: puede identificarse la producción de pensamiento y su relación concreta con proyectos sociales y políticos específicos. Partiendo desde aquí, es posible catalogar a los pensadores, en función de su adhesión a escuelas de pensamiento en función de producciones ligadas, por ejemplo, al artiguismo, el rosismo, el yrigoyenismo y/o al peronismo.

3- Tipo de origen: esta categoría vincula al pensador con la disciplina o práctica de la que proviene. Por ejemplo, y de manera ilustrativa y sintética, podríamos mencionar las siguientes:
a- Pensamiento proveniente del ámbito de las letras, la música o la pintura: José Hernández, Ricardo Carpani;
b- Pensamiento científico-universitario:
- Filosofía: Juan José Hernández Arregui, Guillermo Gutiérrez,
- Epistemología o debate sobre la ciencia: Amílcar Herrera, Ricardo Guardo, Oscar Varsavsky;
- Historia: Rodolfo Puiggrós, José María Rosa;
c- Pensamiento vinculado a las Fuerzas Armadas: Manuel Savio, Enrique Gugliarmeli, Enrique Mosconi;
d- Pensamiento producido en relación a los debates de la Iglesia: Padre Benítez, Conrado Eggers Lan;
e- Pensamiento social y político no académico: Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke.
f- Pensamiento ligado a los Medios de Comunicación y la prensa: Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo.

4- Corriente ideológica a la que se vincula: dicha categoría permite catalogar al Pensador en relación a la ideología, la doctrina o con la corriente intelectual que profesa. Un resumen podría dejarnos como resultado la existencia de Pensadores Nacionales ligados al:
a- Nacionalismo de Derecha: Julio Irazusta;
b- Nacionalismo de Izquierda: FORJA, Rogelio García Lupo, Arturo Jauretche, John William Cooke durante las décadas de 1940-1950;
c- Pensamiento vinculado a la Doctrina Social de la Iglesia y similares: Guillermo Gutiérrez, Arturo Sampay, Amelia Podetti;
d- Pensamiento Marxista Nacional de orientación Trotskista: Abelardo Ramos, Norberto Galasso;
e- Pensamiento Marxista de orientación Peronista: Juan José Hernández Arregui, John William Cooke, Rodolfo Ortega Peña;

f- Pensamiento Marxista de orientación no peronista: Ismael Viñas, Silvio Frondizi;
g- Nacionalismo ligado al Revisionismo:
- Rosista: Fermín Chávez, José María Rosa, Ernesto Palacio;
- Federal: Juan José Hernández Arregui, Norberto Galasso.

Juan José Hernández Arregui introduce el concepto de “conciencia nacional” que plantea que la construcción de la identidad de un país es un proceso que conjuga y articula a través de la historia, tradiciones intelectuales disímiles e incluso, en el caso del nacionalismo de derecha -al cual reconoce importantes aportes en su denuncia al imperialismo-, claramente contradictorias entre sí. Es por eso que Arregui establece que: “En el proceso formativo de la conciencia nacional, cada grupo ideológico, aunque sus militantes, por los intereses de clase que representan, lo ignoran, está relacionado con los demás. (…) Es secundario aunque importante, que al enfrentar al imperialismo, la conciencia nacional apele, según los grupos, a supuestos históricos y culturales disímiles, pues lo que interesa es que al borde de las escorias espirituales de la derecha y la izquierda, crezca la conciencia histórica frente al opresor extranjero.[14]

A modo de conclusión de este 1º Cuaderno de Trabajo del C.E.H.A., sólo resta mencionar que todos y cada uno de los aspectos y categorías tratadas aquí, deben ser relacionadas y adecuadas al contexto específico de cada momento histórico. Son esquemas para pensar la realidad y no viceversa, y es por eso que las presentamos como guías para reflexionar sobre el Pensamiento Nacional y no para agotar el debate o las contribuciones que otras miradas puedan otorgar. Hecha está aclaración, es oportuno poner especial énfasis en una cuestión central: no hay Pensamiento Nacional que no discuta, a su manera y desde su espacio específico, el problema de la dependencia. Asimismo, es innegable que el Pensamiento Nacional se vincula directamente con la política proveniente de las organizaciones libres del pueblo de donde nace y hacia donde se conduce en el proceso de formación y ascenso de la Conciencia Nacional. Además, queremos resaltar que muchos de los debates del Pensamiento Nacional se corresponden a las cinco claves diseñadas por Ibáñez y comentadas por nosotros aquí. Sobre este esquema general, debemos recordar que la reflexión sobre la producción de nuestros pensadores nacionales, debe articularse con el momento histórico en donde se escribe o se reflexiona, con los procesos políticos y las clases sociales con las que se vincula el pensador, sea a su favor o en su contra, y además, respecto a la inscripción disciplinar


que guía su producción intelectual y respecto a la corriente ideológica en la que se encuentra inscripto.


BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
Argumedo, Alcira (2004) Los silencios y las Voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 2004.
Gutiérrez, Guillermo (1973), Ciencia, Cultura y Dependencia, Guadalupe, Colección Dependencia, Buenos Aires, 1973.
Hernández Arregui Juan José (2005), La Formación de la conciencia nacional, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires
(2004), Nacionalismo y Liberación, Ed. Peña Lillo.
Herrera, Amílcar (1974). Ciencia y política en América Latina, Siglo XXI, México.
Jaguaribe, Helio (1961). Burguesía y proletariado en el nacionalismo brasileño, Coyoacán, Buenos Aires.
Jauretche, Arturo (2004). Los Profetas del Odio y la Yapa, Corregidor, Buenos Aires.
(1970). Política Nacional y Revisionismo Histórico, Peña Lillo, Buenos Aires.
Olsson, Gunnar, “Notas sobre el Pensamiento Nacional”, en Antropología 3er. Mundo, Buenos Aires, Número especial / 5, año 2.
Varsavsky, Oscar (1974). Ciencia Política y cientificismo, Centro Editor de América Latina.


[1] Hernández Arregui, Juan José (2005), La Formación de la conciencia nación, Peña Lillo, Buenos Aires.
[2] Jaguaribe, Helio (1961), Burguesía y proletariado en el nacionalismo brasileño, Coyoacán, Buenos Aires 1961, p. 11.
[3] OTAN o Consejo de Seguridad de la ONU.
[4] Financieros como el FMI, el BM o el BID o Comerciales, como por ejemplo la Organización Mundial de Comercio.
[5] Ramos, Jorge Abelardo (1954), Crisis y resurrección de la literatura argentina, Indoamérica, Buenos Aires.
[6] Jauretche, Arturo (2004). Los Profetas del Odio y la Yapa, Corregidor, Buenos Aires.
[7] Jauretche, Arturo (1970), Política Nacional y Revisionismo Histórico, Peña Lillo, Buenos Aires.
[8] Oscar Varsavsky (1974), Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, p. 13.
[9] Herrera, Amílcar (1974), Ciencia y política en América Latina, Siglo XXI, México.

[10] Hernández Arregui (2004) p 72.
[11] Olsson, Gunnar (1969), “Notas sobre el Pensamiento Nacional”, en Antropología 3er. Mundo, Buenos Aires, Número especial / 5, Año 2.
[12]Ibáñez, Germán (2005), “Las claves del Pensamiento Nacional Latinoamericano”, Revista Desafíos, N° 3, diciembre.
[13] Argumedo, Alcira (2004), Los silencios y las Voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires.

[14] Hernández Arregui (2005), pp. 339-341.
MATERIAL PARA FORMACION Y CAPACITACION POLITICA. AGRADECEMOS AL CENTRO DE ESTUDIOS HERNANDEZ ARREGUI

domingo, 11 de octubre de 2009

12 de octubre .CON ESTA ACTITUD RESISTE AMÉRICA

PRESERVAR. NO RENDIRSE. PERDURAR
gracias a Alicia Susana Gomez por la foto.

lunes, 28 de septiembre de 2009

NO A KRAFT- TERRABUSI


No importa que la conducción gremial del conflicto sea ultra y maximalista.
No importa que luego se 'enganchen' en el conflicto todos los pelajes de la izquierda oportunista.
No importa que en la administración del conflicto hayan estado, acaso, errados.
No importa.Nada de eso.
Cuando una fábrica queda ocupada por la policía,Cuando detienen a laburantes adentro de su lugar de trabajo,Cuando los cagan a palos,Cuando los echan pisoteando la legalidad laboral,Cuando el Ministerio de Trabajo -lejos de lo mejor de las administraciones kirchneristas- mira para otro lado,Cuando hace un año la violencia agropiquetera se adueñó de las rutas argentinas y hasta el día de hoy sigue impune,
Nos choca inmensa y enormemente, nos violenta y nos crispa, la represión a la clase trabajadora.
Evita decía que "si la Argentina ya fuera grande y el pueblo feliz, ser peronista sería un derecho, pero en las actuales circunstancias, ser peronista es una obligación".
Podemos parafrasearla diciendo que "si la argentina fuera grande y el pueblo feliz, la lucha de los trabajadores sería un derecho, pero en las actuales circunstancias, es una obligación"._
gracias a Sirinivasa ( BLOG DATOS DUROS)

domingo, 13 de septiembre de 2009

El monopolio, sin la bendición de Dios

MIRADAS AL SUR - El proyecto de ley de Servicios Audiovisuales que se debate en el Congreso es “un paso adelante para los que hoy no tienen voz”. La definición, en boca del vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, significó un duro revés para el poderoso lobby del Grupo Clarín.

El poderoso lobby que el Grupo Clarín desplegó contra la ley de Servicios Audiovisuales sufrió esta semana un duro revés cuando la Iglesia Católica se desmarcó del multimedios y el vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, presbítero Jorge Oesterheld, declaró que la ley que se debate en el Congreso es “un paso adelante para los que hoy no tienen voz”, al permitir que las organizaciones intermedias, universidades e instituciones puedan tener acceso a medios de comunicación y agregó que la creación de “radios comunitarias coincide con las enseñanzas de la doctrina social de la Iglesia”. La nueva postura de la Iglesia implica un giro copernicano respecto de la actitud inicial, cuando la jerarquía religiosa cedió ante la presión del lobby mediático y opositor y apareció alineada con el reclamo que se pospusiera el debate para después del 10 de diciembre.

“Radiodifusión: la Iglesia pidió que la ley la trate el próximo Congreso”, tituló el pasado 29 de agosto el diario Clarín. Las letras de molde que ocupaban todo el ancho de la página eran una respuesta al anuncio formulado el día anterior por Cristina Fernández de Kirchner de que enviaría la ley al Congreso para su tratamiento.

El artículo de Clarín estaba ilustrado con una foto del obispo de Mercedes-Luján y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, Agustín Radrizzani, que había asistido a la cena mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas (Adepa).
Radrizzani es uno de los miembros de la jerarquía católica que más diálogo mantuvieron con el Gobierno, aun en los momentos más tensos de la relación entre Néstor Kirchner y Jorge Bergoglio. El prelado –que había estado en el teatro de La Plata cuando la presidenta presentó el anteproyecto de ley– no había asistido al anuncio en la Casa Rosada y horas más tarde se presentaba en Adepa.
El artículo de Clarín generaba la sensación de que la Iglesia se había alineado con el pedido de la oposición de que la ley no fuese tratada por el actual Parlamento. La nota ponía en boca del obispo Radrizzani frases –que no estaban entrecomilladas–, que no correspondían de manera textual al sacerdote que aparecía en la foto, sino al discurso del propio Clarín.

Lo curioso es que el obispo Radrizzani no hizo estas declaraciones desde el púlpito de una Iglesia, sino desde el atril de Adepa, una entidad en la cual el Grupo Clarín tiene un explicable protagonismo. Tampoco lo hizo por voluntad propia o divina, sino en respuesta a una intencionada pregunta de uno de los prestigiosos miembros de Adepa. Pero lo más llamativo es que aquella opinión de Radrizzani que generó un título de catástrofe en Clarín y en algunos otros medios, no fue divulgada por un comunicado del Episcopado sino distribuida a través de un comunicado de Adepa.
De todos modos, en aquella cena, Radrizzani también recordó a los empresarios las palabras del papa Benedicto XVI cuando dijo que “las nuevas tecnologías deben estar al servicio de todos y especialmente para los más débiles”.
La declaración de Radrizzani en Adepa, a la que se sumó la del obispo Jorge Casaretto, que además preside la Comisión de Pastoral Social, que equivale al ministerio político del Episcopado, pusieron en práctica aquella máxima de “ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”; es decir al multimedios.
Además de los estrechos lazos que algunos miembros del directorio de Clarín mantienen con la cúpula de la Iglesia, el ex vocero del cardenal Jorge Bergoglio, Guillermo Marcó es uno de los más sigilosos operadores del grupo multimedios en el riñón de la Iglesia. Su vocación por ocupar espacios de poder es motivo de frecuentes fricciones con un número creciente de obispos. No es ésta la primera vez que el ex vocero del cardenal Bergoglio genera malestar en el petit hotel que aloja al Episcopado. En octubre del 2006 Marcó había dicho que “el presidente de la Nación (Néstor Kirchner) alienta los odios”. Esa declaración le valió una desmentida oficiosa en el sentido de que “los dichos del padre Marcó son estrictamente personales y no corresponden ni al Arzobispado ni a la persona del arzobispo”. Poco después el cura fue removido de su cargo como vocero. Ahora es responsable de la pastoral universitaria en Buenos Aires y realiza algunas actividades periodísticas –sanctas y otras non-sanctas–, vinculadas al Grupo Clarín.
El 7 de agosto último, Clarín tituló: “El Papa llamó a reducir el ‘escándalo’ de la pobreza en la Argentina”.
Pero el urgente mensaje papal no era tal: estaba fechado en mayo –es decir–, tres meses antes, pero ese dato fue omitido en Clarín y en la página web del Episcopado, para dar una falsa sensación que se trataba de un tema de acuciante actualidad.
Fuentes del Episcopado atribuyen a la mano de Marcó la difusión de las añejadas declaraciones del Pontífice sobre su preocupación por la pobreza en Argentina.
Nadie menciona a Marcó de manera explícita como lobista de Clarín en la sede del Arzobispado, pero esto se debe a que los sigilosos obispos no quieren darle a Marcó una relevancia que no le reconocen.
Paralelamente, los sectores progresistas de la Iglesia y particularmente aquellos vinculados a las emisoras católicas se movilizaron en favor de la ley que concede a los cultos la posibilidad de acceder a licencias de radiodifusión.
La propia Iglesia Católica tiene más de mil radios truchas en el país que cumplen distintos servicios, han celebrado congresos y funcionan en cada jurisdicción bajo la atenta mirada del obispo responsable. Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos.
La radio del obispado a cargo de Radrizzani –en la que debieran difundirse las enseñanzas de la Iglesia–, tiene la frecuencia concesionada a un empresario privado que en la Capital Federal emite Radio Concepto. Muchos expertos en medios sostienen que la desidia –o los negocios– que signaron el desmanejo de medios de la Iglesia ha contribuido a la proliferación en el éter de sectas esotéricas, sanadores milagreros y al imparable avance de las emisoras evangélicas. En muchos casos, las emisoras abandonadas o subalquiladas por la Iglesia han sido sepultadas por el avance de otros grupos con intereses absolutamente terrenales.
Esta semana, el obispo Agustín Radrizzani, participó en la audiencia pública realizada en el Congreso para discutir el proyecto de ley. Su presencia anticipaba el simbólico viraje que se estaba produciendo en la Iglesia. Radrizzani consideró “de máxima importancia que el debate se dé en un marco de racionalidad en el que se garantice una participación plural de los ciudadanos y se evite cualquier manipulación de la información para beneficio de unos pocos”.
También señaló que “es tan importante cuidar que la economía no maneje la política de las comunicaciones, como cuidar que la política no busque intereses ideológicos ni económicos en la utilización de los medios”.
“Es primordial velar entre todos para respetar el espíritu en que la ley fue concebida. La participación plural y democrática deberá aparecer en el tratamiento y reglamentación de la ley, como también en su aplicación”, subrayó.
El cambio de postura de Radrizzani, y el desmarque de la Iglesia de la línea del Grupo Clarín no fue obra de un milagro. Todo lo contrario. Fue producto de sesudas meditaciones por parte del enigmático Cardenal Jorge Bergoglio. Con su bajísimo perfil, el andar apresurado y la voz tenue, Bergoglio es la encarnación del pragmatismo de una Iglesia que busca dejar atrás las sombras de un tortuoso pasado y reencontrarse con sus fieles.
Pese al intenso trabajo de lobby, finalmente primó el gris pragmatismo del Cardenal Jorge Bergoglio que evaluó que la Iglesia no puede desperdiciar esta oportunidad porque la ley beneficia a la Iglesia.

sábado, 12 de septiembre de 2009


“En el Medioevo se preguntaba por Dios, nosotros preguntamos por el precio”

ENTREVISTA A HUGO MUJICA
Por Agustín J. Valle y Patricio Diego Suárez (revista Zoom)
El poeta, cura y ensayista sostiene que “estamos colonizados por el lucro” y que “entendemos la muerte como un desperfecto que pronto va a ser arreglado.” Lúcido en cada respuesta, habla de su último libro, afirma que “la cultura tiene que generar sentido, porque si no genera violencia” y se explaya: “Que además de robarte te maten porque es gratis, señala la necesidad de dejar una marca.”

Poeta, ensayista y cura, Mujica hace bastante difícil la tarea de entrevistarlo: después de que contesta, con su lucidez para asociar ideas y fenómenos y su personalísimo trato con la palabra, uno naturalmente se quedaría callado procesando; es preciso un esfuerzo para repreguntar.
Habla desde una larga experiencia de estudio y búsquedas vitales: nacido en Avellaneda en 1942, vivió toda la década del ’60 en Nueva York; pintaba, y estudió Filosofía, la Teología, las Bellas Artes, como dice él, disciplinas de lo “inútil”. Fue a la India y se conectó el gurú que revolvía las cabezas de la beat generation, pero luego viajó a Europa, y en el norte de Francia encontró un convento, de la orden Trapense, donde experimentó “sensación de pertenencia”, de manera que allí se quedó, siete años, bajo voto de silencio. Y allí comenzó a escribir poesía. Luego volvió acá, estuvo un año en el campo, donde escribió su biografía y luego la quemó. Hoy, traducido y editado sin cesar alrededor del mundo, da misa los domingos en la Iglesia de Ayacucho y Santa Fe, y sostiene su vida “en el acto de creación”.
La pasión según Georg Trakl, su último libro editado por el prestigioso sello español Trotta, ilumina desde el ensayo y la poesía la obra del poeta austriaco, cocainómano, partícipe de la primera Guerra Mundial y suicidado a los 27 años, inmolado por la desintegración de Occidente. Explica el autor: “Al derrumbarse una cultura, la idea del nihilismo empieza a ser tematizada. Una cultura se trata de un discurso, simbolizado e institucionalizado, sobre un pacto de valores que una comunidad decide poner en marcha. Y el nihilismo expresa la caída de lo Uno, del fundamento legalizador de un sistema que había servido por milenios. Ese Uno fue Dios, fue la Historia. Su caída significó el desmembramiento de la cultura occidental. Y como vemos hoy, sin cultura no podemos vivir.”

—¿A qué se refiere con lo que vemos?

—Desprovistos de cultura, tenemos vivencias pero no contamos con ningún discurso o representación que las signifique. Por un lado vivimos más que nadie, pero por otro no sabemos para qué. Y eso va generando un desierto de sentido. La cultura tiene que generar sentido, porque si no genera violencia.

—¿Ve actualmente más violencia que en épocas anteriores?
—Violencia ha habido siempre. Lo que aparece como novedad es su gratuidad. Que además de robarte te maten porque es gratis, señala la necesidad de dejar una marca, una necesidad de sentido. Para mucha gente, es tal el sentimiento de estar de más en el mundo, que el hecho de poder dejar una marca pasa a serles relevante. Y las marcas siempre tienen que ver con la violencia. Un cuerpo acariciado no tiene marcas, es el cuerpo torturado el que las tiene. Y no es meramente un tema de pobreza. Entendemos la pobreza siempre desde la materialidad, y yo creo que la gran exclusión de nuestra cultura es la exclusión del sentido y no la exclusión de la comida.

—¿Se trataría digamos de “reculturizar”?
—Hemos relegado las vinculaciones que extraían precisamente sentido y significado de la realidad. El ámbito lógico y racional de la funcionalidad, al conseguir sus resultados, fue colonizando casi la totalidad de nuestra cabeza. Ahora nuestro cerebro funciona pero no sabemos generar sentido, y el mundo queda regido cada vez más por esa razón operativa o instrumental.

—¿Cómo es esa razón dominante?
—La quintaesencia actual de nuestra cultura es el lucro. A diferencia del Medioevo en que se preguntaba por Dios, o la Antigüedad en que se investigaba sobre la physis y la naturaleza, nosotros preguntamos por el precio. Estamos colonizados por el lucro, por lograr resultados, y el resultado es siempre material. Eso es lo que nos quedó: el mercado.

—¿Cuál es el rol efectivo de la Iglesia actualmente? Tiene una tradición canalla pero también en los últimos años fue una de las voces que más denunció la degradación de las condiciones de vida. ¿Qué es hoy la institución Iglesia?
—No siempre fue una voz alternativa. En los ’90 la Iglesia estuvo bastante cerca del statu quo. Es más, Quarracino rompió todo protocolo para mostrar que gobierno e Iglesia (él y Menem) estábamos como chanchos. Por otra parte, la iglesia como institución pertenece al mundo que se terminó. Hace rato que los católicos son protestantes, deciden por sí mismos. El Papa podrá decir “no forniquéis”, pero la gente en la cotidianeidad decide ella misma sobre la moral. Lo que queda es esa autoridad generada a partir de los medios de comunicación.
Además, hoy ya nadie lee las escrituras, ni los curas. Pero la gente sigue teniendo una fe dentro de una institución, aunque independiente de ella. Y una fe también colonizada por la época. Si vos le preguntás a alguien por qué está en la Iglesia, te contesta que le hace bien, cuando históricamente la quintaesencia de la religión era estar en la iglesia por Dios y no por mí.

—¿Eso también explica el crecimiento de las iglesias pentecostales?
—No, creo que la multiplicación es la forma es que se atomizan las cosas. Todas estas sectas aparecen como desintegración de una iglesia protestante que era fuerte, y más fundamentalista en el control que la Iglesia católica. Todo eso pertenece a la desmembración del Uno.

El cinismo o la creación

—¿Quién fue Georg Trakl, y qué fue lo que quiso recuperar de su vida en este libro?
—Trakl fue un poeta que vivió a principio de siglo XX la caída del Imperio Austrohúngaro, el momento disolutivo de Occidente. Fue un autor que corporizó ese desgarramiento, expresó una sed de valores frente al desierto que avanzaba y puso el cuerpo realmente hasta el desgarro. Terminó matándose. Pero también hizo creación y poesía, esa fue su apuesta, no entrar en el nihilismo, sino crear aquello que no estaba.

En un verso del libro, el cinismo aparece nombrado como “la lucidez del nihilismo”. ¿Qué diría que es el cinismo actualmente y cuál su efecto político?
—Creo que hoy hay una forma de realismo que es ser cínico, aceptar una realidad que aliena y tala de forma directa muchas de nuestras dimensiones humanas. El cinismo es la resignación de la frase “es lo que hay”, esa complacencia con la realidad y a la vez la incomodidad política con uno mismo, que impide que la aceptemos desde un sí. Entonces usamos la máscara del cinismo para simular que estamos afuera.

—En cuanto a esa realidad que nos tala, si no se quiere un retorno hacia lo Uno, ni reaccionar cínicamente, ¿qué actitud cabe?
—El cinismo o la creación. Entender que lo que no hay, es precisamente el espacio a llenar. Ya tenemos hecha toda la crítica sobre el sistema, pero sucede que la crítica sigue siendo parte del sistema. Hoy tenemos la posibilidad de darnos cuenta que el vacío no sólo es el lugar de la queja, sino también el momento para dar un salto.
—¿Ese vacío es algo que viene dado, o también algo a producir, en esta cotidianidad tan saturada?
—No, el vacío no se puede producir. Lo que podemos hacer es sacar aquello con que lo tapamos, podemos deconstruir. Una de las inteligencias del capitalismo fue mercantilizar el vacío. Pero el vacío como tal, como se expresa en el silencio y todas esas palabras pasivas, está ahí y somos nosotros los que no lo soportamos. Nuestra tarea es permanecer ahí hasta que algo se dispense, hacer del vacío un espacio de creación.
El dolor y la muerte
—En el libro se insiste sobre el rol del sufrimiento y el dolor como elementos positivos de la vida.
—Hay muchísimas culturas que no tienen una valoración negativa del dolor, somos nosotros los que adoptamos esa posición. Yo creo que el dolor es constitutivo, y lo recibo como un don, como algo otro que está abriendo espacio en mí, algo a lo que estoy atento, para poder oír qué palabra nueva trae.
Creo que así como el amor expande, el dolor es la forma en que la vida ahonda en nosotros. Esos son los dos movimientos de la vida. Nosotros nos anquilosamos en lo dado, en lo ya tenido, y el dolor es precisamente lo otro, tan otro que no podemos racionalizarlo. El dolor es dolor, por el hecho de que no le encontramos el sentido. Y el sentido es precisamente lo que el dolor está creando cuando aparece.
—¿De dónde proviene esa negación del dolor?
—Lo que nos molesta del dolor, esencialmente es que se trata de la alteridad en nosotros. Es de alguna forma, el anuncio de la muerte, esa alteridad última que va a disponer de nuestra vida y con la que no podemos negociar. En el fondo de la negación está la enorme apuesta de occidente, la creencia de que íbamos a terminar controlándolo todo. En ese sentido, la cultura burguesa tiene por antonomasia el deseo de seguridad, trata de tomar decisiones que le permitan dejar de tomar decisiones. Agarrás un pedacito, decís que es todo, y ahí te encerrás.
—¿Hoy continúa ese proyecto de control total? ¿La ciencia y la cibernética apuntan hacia allí?
—Claramente. Entendemos la muerte como un desperfecto que pronto va a ser arreglado. Hemos inventado un sistema que no nos permite darnos cuenta de que estamos mitad muertos. Tenemos la sensación cultural de que al mirar para atrás está nuestro pasado, cuando en realidad en el pasado estamos muertos. Esa metáfora del camino es una falacia. En realidad la vida es una llama que se va extinguiendo. Llegado el momento en que no tiene desde sí misma cómo carburar, se apaga. Vamos muriendo naturalmente, pero la película de la memoria genera en nosotros esa ilusión de que todavía estamos en lo que fuimos.
—¿Qué rol vital vendría a cumplir la muerte?
—La muerte sigue siendo la finitud del hombre, ese misterio último que va disponer de lo que vos creías que era tu vida, y finalmente no lo era: te fue dada, y después te es quitada. Comprender el dolor es comprender esa finitud, y paradójicamente pareciera que en el fondo de esa finitud, una vez aceptada, aparece la gratitud, el sentido definitivo de la vida.