sábado, 10 de abril de 2010

SI LADRAN SERAN PERROS NOMAS


Por Javier Azzali
Desde el Gobierno Nacional siempre repiten que no los atacan por sus errores sino por sus aciertos. La revista Apertura confirma la sospecha y realiza un análisis acertado de la gestión kirchnerista. Veamos qué dice el enemigo para saber quienes son nuestros amigos.La actual etapa histórica que vive el país se caracteriza por la legitimación de la intervención del Estado en la economía, y en consecuencia por la recuperación de un proyecto de Nación. Después de mucho tiempo los argentinos, de un modo u otro, nos encontramos debatiendo entre dos modelos de país divididos por el rol del Estado en las relaciones sociales (protagónico o ausente, según el modelo). Pero no sólo desde el campo popular coincidimos con esta afirmación. Las clases dominantes, con la claridad ideológica que las caracteriza a partir de su vocación por la rentabilidad egoísta y antinacional, también coinciden y han tomado partido. Algunos de sus mejores voceros están en la revista Apertura (especializada en temas financieros, alineada con la Organización Mundial del Comercio, la banca extranjera y la conducción de la Unión Industrial Argentina).

Es interesante leerlos en su diatriba contra el Estado. Con el título “Estatizaciones: generación CFK”, en su edición de enero de este año, sostienen que “La amenaza oficial de reestatizar Telecom reavivó la polémica: la propensión al estatismo, que arrancó en 2003, se profundizó en la era Cristina, a partir de los fondos de las AFJP. Ahora, la Presidenta va por más. Riesgos de la nueva movida K que tiene en vilo a los empresarios”.

Las estatizaciones “no son hechos aislados, sino que forman parte de una política económica de los últimos años y se caracterizan por la desprolijidad, la falta de debate y consenso, y la poca institucionalidad con la que se realizan” (Juan Miguel Massot, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad del Salvador), quien además define a las estatizaciones como “arreglos millonarios en los que el pueblo de la Nación no sale beneficiado”.

Con la nacionalización de las AFJP opinan que “el Gobierno pasó a controlar la ANSES a través del Fondo de Sustentabilidad, y comenzó a financiar proyectos productivos, como los de energía eléctrica”, explicó Ricardo Castiglioni, quien además criticó que ahora “el Gobierno posee una participación mayor al 20% del capital en más de 20 empresas. A lo largo de 2009, nombraron más de 15 directores en distintas compañías”. Es que, dice Milagros Gismondi, las AFJP representaban “el mayor operador del mercado de capitales”.

“Los intrincados caminos del laberinto de estatizaciones kirchneristas parecieran llevar a una sola salida. Por distintos motivos, desde 2003 hasta la actualidad, la era K se caracterizó por reestatizar compañías de sectores estratégicos de la economía argentina. El derrotero contrario al que se transitó en la década del ‘90 lo inició Néstor Kirchner y lo continúo Cristina en 2008”, dice Apertura. Y pasan revista: la anulación de las concesiones de Transporte Metropolitano de Taselli, del Correo Argentino, de AySA, de Thales Spectrum sobre el control del espacio radioeléctrico, la creación de Enarsa, Aerolíneas Argentinas y Austral, la nacionalización de las AFJP, la Fabrica Militar de Aviones, y hasta incluyen el Fútbol para Todos.

En cuanto a sus intenciones y tácticas, no andan con rodeos, mientras refieren a la suba de precios, conmemoran el cumpleaños 21 de la Hiperinflación de 1989, como “el derrotero de un aumento de precios sin precedentes que anticipó la salida del primer gobierno democrático”.

Somos un país en disputa. La visión que tienen las clases dominantes, que les viene de su reacción ante los cambios sociales y la política del Gobierno, nos es de ayuda para comprender el momento histórico que vivimos y cuál es el eje del debate nacional. Es bueno escucharlos para no perder la brújula. Ladran con el odio de clase que expresan cuando atacan furiosos a Cristina Fernández, pero también con la ideología que comunican. Es que si ellos ladran es porque estamos cabalgando, y además porque serán perros, nomás.
gentileza- revista zoom

miércoles, 7 de abril de 2010

QUE ES UN MILITANTE?

José Pablo Feinmann

Un militante cree en la solidaridad social. No es un "individuo" en el pobre sentido que del individuo tiene el liberalismo burgués. Nada tiene que ver con Hobbes. Lo ha superado. Sabe que su individualidad se realiza en el grupo. Su incorporación al trabajo, a la producción, a su grupo de pertenencia, a su clase social, lo incorpora a la solidaridad, al compañerismo, a la amistad sincera. Para decirlo claro: lo humaniza.

Un militante es un ser en constante proceso de humanización. Su militancia lo hará mejor padre, mejor hombre de su mujer, mejor amigo de sus amigos. Sabe que habita este mundo para luchar junto a los demás, no para usarlos.

El militante respeta el trabajo. No porque sea un sometido, sino, porque sabe que en el trabajo está su poder, su organizatividad y el sentido final de su militancia: la justicia social. Y también porque sabe que por fuera del trabajo, no sólo está la miseria económica, sino la otra: la social y la humana. La que hará de él un apartado, un egoísta, un resentido y hasta un delincuente.

El militante, es necesario repetirlo, cree en una verdad que lo trasciende y da sentido a su vida.
Esta verdad es su ideología, la ideología que comparte con sus compañeros y expresa su lucidez.
La ideología que hace de él un sujeto y no un objeto de la historia.

La ha amasado, a esta ideología, durante años, la ha padecido, la ha cuestionado, la ha asumido cotidianamente. Porque cotidianamente intentan quitársela, se la oscurecen y deforman desde las pantallas de la TV o desde las radios. Aparecen allí, frente a él, en su hogar, hombres cultivados, con buenos modales, racionales hasta el asombro y vértigo, implacables, que le dicen que no, que está equivocado, que todo está bien, o que todo está mal, pero que, en todo caso, nada está como él cree.
¿Cómo lucha contra toda esa insidiosa verborragia? Hablando con sus compañeros. Buscando la verdad donde está: en el grupo. Porque cuando los militantes son esto, militantes, y están unidos por sus intereses comunes, la verdad es una tenáz corriente eléctrica que los recorre y los une aniquilando el discurso del enemigo.

Porque es cierto (según postula un diabólico axioma del pensamiento autoritario) que mil repeticiones hacen una verdad. Pero no es menos cierto que mil repeticiones pueden también aburrir, transformarse en un sonido apenas desagradable y persistente. En suma inaudible.

El militante es un hombre que tiene una razón para vivir. Y más también. Cierta vez dijo Camas "Una razón para vivir es una razón para morir ". El militante, en efecto, puede llegar a morir por su causa. Pero en Argentina - hoy a esta altura de nuestra experiencia y de nuestro dolor- habrá que afirmar tenazmente que el momento más alto de realización de un militante es su vida (cualquiera de los infinitos actos en que su militancia lo ha comprometido) y no su muerte.

jueves, 1 de abril de 2010

frases

"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha se debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas" Rodolfo Walsh.